Ambos actores eran grandes amigos desde los años 70, cuando estudiaron juntos y se compartieron en compañeros de habitación
«Tenían un vínculo singular. Tenían una amistad sobre la que alguien debería hacer una película, pero lo que brillaba en ella era simplemente su amor y respeto mutuo, y eso nunca flaqueó». Son las preciosas palabras con las que Will Reeve describía en entrevista con People el vínculo tan especial que unía a su padre, el actor Christopher Reeve, fallecido en 2004, con el también actor Robin Williams, fallecido en el año 2014.
Ambos actores, muy populares y carismáticos, eran los mejores amigos desde que a principios de los años 70 se conocieron estudiando juntos en la prestigiosa Escuela Juilliard de Nueva York, donde incluso llegaron a ser compañeros de habitación. Aquella etapa les unió para siempre y nunca se volverían a separar. Siguieron siendo grandes amigos a medida que sus carreras despegaron en Hollywood: Reeve como Superman, desde que se convirtió por primera vez en 1978, y Robin Williams creciendo poco a poco en comedia hasta que llegó a ser uno de los actores más divertidos y queridos de los 90.
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Como grandes amigos que eran, Robin Williams fue uno de los grandes apoyos de Christopher Reeve cuando, en 1995, el actor sufrió el grave accidente a caballo que le cambió la vida, puesto que quedó tetrapléjico. Y ese enorme apoyo que Williams supuso para Reeve es parte del reciente documental Super/Man: La historia de Christopher Reeve que se ha estrenado en 2024.
Según cuenta Will, Williams fue el primer amigo que se presentó en el hospital de Virginia después de la terrible caída de su padre e incluso fue capaz de hacerle reír a pesar de la su desconsolado estado. «Nadie se presentó mejor con amor y con la dosis adecuada de humor que Robin Williams y su esposa Marsha, a quien llamamos nuestra hada madrina», recordaba Will. «Aún somos increíblemente cercanos a ella».
Aquella anécdota del hospital también había sido comentada en diversas ocasiones por ambos actores cuando aún seguían con vida.
«Fue el primero en aparecer en Virginia cuando yo estaba en serios problemas», contó el ex de Superman en una entrevista con Today. «Gracias a Dios que llevo cinturón de seguridad en esta silla porque me habría caído de la risa. En medio de una tragedia como esta… todavía se puede experimentar alegría, risa y amor genuinos». Por su parte, en 1996, Robin Williams contó la historia en The Oprah Winfrey Show: «Le acababan de quitar la sedación fuerte… Yo era el ginecólogo o el proctólogo ruso. Me pusieron una bata para que solo me quedara la cara. Le dije: ‘Si no te importa, voy a tener que ponerme un guante de goma y examinar tus órganos internos. ¡Oh, mira el tamaño de este bebé!’ Y vi que empezó a reír y sus ojos se iluminaron porque sabía que era yo».
En el documental, Glenn Close hace una preciosa reflexión sobre esta bonita amistad: «Siempre sentí que si Chris todavía estuviera con nosotros, Robin todavía estaría vivo».