Alex Garland cuenta un suceso real a través del punto de vista del veterano Ray Mendoza, que codirige con él. «Sin filtros y sin entrometernos en el relato con técnicas cinematográficas, música o cambiando eventos», afirma. «Solo ser sinceros»
Warfare. Tiempo de guerra germinó detrás de las cámaras de Civil War (2024). Una película bélica distópica condujo a otra que busca plantar cara a la forma en la que la guerra se ha representado en la gran pantalla. Mientras Alex Garland dirigía su obra maestra de ciencia ficción sobre unos periodistas recorriendo un Estados Unidos en conflicto, conoció a Ray Mendoza. Veterano de los Navy SEALs, Mendoza se pasó a la industria del cine después de combatir en Irak. En Civil War fue asesor militar y le contó a Garland su historia.
«Vi, a través de él, que había potencial para acercarse de forma diferente a las películas de guerra«, dice Garland en SensaCine en su visita a Madrid junto a Mendoza para promocionar su nuevo filme, el primero que A24 distribuye directamente en España. «Un veterano contando la historia sin filtros y sin entrometernos en el relato con técnicas cinematográficas, música o cambiando eventos para hacerlos más atractivos, más divertidos o más entretenidos, más dramáticos. Solo ser sinceros«.
El objetivo de Garland era que mostrar la guerra tal y como es, pero el de Mendoza era uno más personal. En 2006, en Ramadi, el ahora cineasta formaba parte de un comando militar en una misión en un territorio controlado por Al Qaeda. Él y su equipo estaban infiltrados en una zona residencial llevando a cabo una labor de vigilancia para asegurar a las fuerzas terrestres poder atravesar la zona. Sin saberlo, estaban rodeados de insurgentes. Mendoza ejercía de oficial de comunicaciones y él y los suyos fueron atacados por sorpresa: les lanzaron una granada por un pozo de francotirador hiriendo a dos SEALs. Cuando el comando intentó evacuarlos, un artefacto explosivo situado en el exterior de la casa hirió gravemente a dos de ellos: el sanitario y francotirador Elliot Miller -uno de los primeros heridos- y el sargento Joe Hildebrand.
El cine me parecía un medio estupendo para contar historias y esperaba poder contar la historia de Elliot Miller algún día. No sabía que iba a ser algo así de grande
«Elliot Miller no recuerda lo que le pasó», dice Mendoza. Warfare -estreno en cines españoles el 16 de abril– está dedicada a él y Cosmo Jarvis es el actor encargado de interpretarlo. «Desde que despertó, tenía muchas preguntas. Desde las más grandes sobre el porqué y el qué hasta otras más pequeñas sobre de qué color eran las cosas. Le dábamos respuestas, pero eso llevó a más preguntas».
Cuando Mendoza llegó a la industria del cine, pensó que podría ayudar a Miller a recordar haciéndole ver, desde fuera, lo que había sucedido. «Mi primera idea fue hacer una recreación de bajo presupuesto de 30 minutos enseñándole lo que había pasado», reconoce. Lo que Mendoza no esperaba es que el suceso se convertiría en un filme con el sello de una de las productoras mas populares y celebradas del momento y un director de renombre a su lado. «Me parecía un medio estupendo para contar historias y esperaba poder contar su historia algún día. No sabía que iba a ser algo así de grande. No grande, pero como una película de verdad», dice.
La alianza Garland-Mendoza

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La primera vez de Mendoza en el cine data de 2012, cuando protagonizó el filme Acto de valor (2012), que utilizó a SEALs -la principal fuerza de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos- y SWCCs -unidades especiales que utilizan los barcos y botes más avanzados tecnológicamente para apoyar a los SEALs- reales. Después se convirtió en asesor militar en El único superviviente (2013) de Peter Berg. Jurassic World (2015), The Terminal List (2022) y el videojuego Call of Duty: Modern Warfare (2019) son algunos de los trabajos de su filmografía como asesor. También ha producido series como The Warfighters (2016-2017), una crónica de las misiones recientes de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos.
El camino de Garland en el mundo del cine es mucho más conocido. Guionista de películas de Danny Boyle como La playa (1999), 28 días después (2002) y Sunshine (2007) y otros títulos como Nunca me abandones (2010) y Dredd (2012), se colocó por primera vez detrás de la cámaras con Ex Machina (2014) y demostró que, además de saber escribir un buen guion, también se le daba bien dirigir. Aniquilación (2018), la serie Devs (2020), Men (2022) y Civil War conforman su filmografía como cineasta hasta Warfare. Tiempo de guerra.

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Civil War, el filme sobre una Norteamérica en la que los Estados opuestos de Texas y California se unen para enfrentarse a un presidente fascista, juntó a Garland y Mendoza. El primero quería que la gente entendiera de verdad lo que es una guerra. El segundo, ayudar a su amigo a recordar.
Los civiles son los que tienen el menor entendimiento de lo que es la guerra, pero son las personas que toman la decisión de ir a la guerra
«¿Es la guerra perturbadora? Sí», dice Garland. «No solo es perturbadora, es mucho más perturbadora de lo que la gente cree. No nos damos cuenta por la forma en la que es típicamente representada y cómo se habla de ella«.
Para el cineasta, una película como esta, en la que se muestra de forma cruda y sin artificios lo que pasa en un conflicto, tiene «valor». «Es sorprendente que sea algo que necesita ser dicho, pero necesita ser dicho porque somos criaturas que contamos historias e, incluso si algo te pasa cuando vas a hacer la compra y vuelves a casa y le cuentas a tus amigos lo que ha pasado, probablemente modifiques algo de la historia y hagas que se centre en las cosas que tú estás más interesada en repetir e ignoras algunos de los detalles. Lo hacemos todo el tiempo. Es algo natural al ser humano. Está bien. Pero, a veces, es problemático».
Como añade: «Si usas esa técnica para hablar de algo tan horrible e inquietante y tan serio como la guerra, puede que estés cometiendo un terrible error. Sobre todo para los civiles, porque los civiles son los que tienen el menor entendimiento de lo que es la guerra, pero son las personas que toman la decisión de ir a la guerra«.
Un estudio sobre la memoria

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La memoria funciona de una forma peculiar. Sobre todo después de un evento traumático. Mendoza sabe que no puede fiarse de ella. «Después de la explosión tuve recuerdos fragmentados. Recuerdo estar sentado en una silla y lo siguiente es que estoy cogiendo una taza de café. No sé cómo pasé de un sitio a otro. Se mueven muy rápido a través del tiempo en instantáneas«, relata. «Hay momentos de mis recuerdos que no sé si son reales o no. Solo puedo usar la lógica».
Mendoza también ha soñado sobre lo que le ocurrió a Miller. «La escena en la que arrastran a Cosmo Jarvis a la entrada, he tenido muchos sueños sobre eso. No sé lo que es real. También he tenido sueños en los que Elliot sobrevivía, en el sentido de que hablaba y caminaba en mis sueños. Sé que eso no es real porque ni caminaba ni hablaba. Hay muchas variaciones de ese sueño. A veces se fundían los unos con los otros. Esa es la parte difícil. Lo que no han cambiado son las emociones. Sé lo que pasó, sé lo que vi«.

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Warfare empezó como una película bélica, pero se convirtió también en un estudio sobre la memoria y eso es lo que más fascinó a Garland. «No hubo nadie con quien habláramos que no provocara un conflicto en cierto punto con los recuerdos de otra persona», comenta el cineasta sobre el trabajo de investigación que hicieron él, Mendoza y el resto de militares implicados. «Es algo interesante: tienes dos recuerdos en conflicto, pero ambos están diciendo la verdad y ninguno de los dos está mintiendo», explica. Cuando se encontraban con un problema como este, cruzaban referencias, usaban la geografía de la habitación y, si dos personas habían compartido espacio, podían corroborar la información.
Como dice Ray de una forma preciosa, ha tenido tantos sueños de Elliot en ese momento, pero ¿dónde está la división entre el recuerdo y el sueño? ¿Cómo ha invadido eso el espacio del recuerdo en su mente? Es fascinante
El filme avisa desde su inicio que está basado en un recuerdo y no en una historia real. «Son declaraciones diferentes», recalca Garland. «A la gente le costó mucho entender esto, pero ambos sabíamos que, si por coincidencia alguien hubiese grabado lo que pasó, ¿serían esa película y esta exactamente la misma? No», pone como ejemplo. «Eso fue una de las cosas más interesantes sobre todo esto. Es sobre la naturaleza de la memoria, del estrés, de la conmoción cerebral, y la naturaleza del paso del tiempo. Como dice Ray de una forma preciosa, ha tenido tantos sueños de Elliot en ese momento, pero ¿dónde está la división entre el recuerdo y el sueño? ¿Cómo ha invadido eso el espacio del recuerdo en su mente? Es fascinante».
Miller, el destinatario final de Warfare, no solo ha podido ver la película completa, también estuvo presente durante el rodaje. «Las imágenes fueron de mucha ayuda. Estaba frustrado. Tiene dos hijos que están entrando en la edad adulta y tienen muchas preguntas», cuenta Mendoza sobre la reacción de su compañero. «No puedo imaginar lo que es que todos tengan un recuerdo de algo y tú no. Iba a fiestas y encuentros y le contábamos historias y él solo podía escuchar. Es un regalo. Está muy agradecido».