El actor ha comentado que siempre ha tenido la sensación de que la de la guadaña vendrá a por él antes de lo esperado por los demás
Queridos hombres del mundo, es justo y necesario que sepáis que Paul Mescal existía antes de Gladiator II. Pero puede que esta afirmación que lanzo sea incluso más machista que sus implicaciones directas y quizás tú, que me lees, hayas visto, previa lectura, Normal People tantas veces como esta redactora que teclea a ritmo acelerado un domingo por la noche mientras de fondo suena una conversación entre las chicas de Sexo En Nueva York sobre un bolso-pato horroroso y la importancia de cuándo decir te quiero en una relación.
Sea como fuere, si lo conocías desde su primer trabajo relevante, si te subiste al tren Mescal con Aftersun o si acabas de descubrir al actor irlandés, quizás te pille tan de sorpresa como a mí el hecho de que el intérprete tiene la sensación de que su muerte va a llegar antes de lo esperado. O antes que la esperanza media de vida para los hombres de su país. Al menos eso le ha contado a GQ.
«Siempre he estado convencido de que mi vida no va a ser muy larga. Simplemente tengo esa sensación», ha comentado a la publicación. «Quizás tenga que ver con el hecho de que no soy capaz de imaginarme como un hombre de 80 años. Y me aterroriza la idea de la muerte, así que pienso que si sucede a los 55 pues estaría igual de atemorizado que si me pasase con 90. No me creo eso de que llegue un punto en el que sencillamente estés preparado para que pase, ¡y una mierda!», ha dicho de forma muy sincera en la conversación con GQ.
Ahora, con 28 años, puede que el actor, además de vivir uno de sus mejores momentos como profesional hasta la fecha, esté también más en forma que nunca debido a la preparación física que ha tenido que llevar a cabo para interpretar su papel en Gladiator II. En un principio el irlandés pensó que quizás su rol no tendría por qué tener un componente físico tan alto, pero conforme fue entrando en el proyecto se dio cuenta de lo muy equivocado que estaba, acostumbrado también por otra parte a hacer otro tipo de personajes.
No obstante, ni siquiera la durísima rutina de ejercicios que ha tenido que seguir han hecho que se libre de según qué vicios. «Estaba petrificado pensando que tendría que dejar de beber y de fumar. Para mí sería como quitarme gran parte de mi diversión». Y como señora que estuvo viviendo en Irlanda, doy fe de que estos dos componentes van en el ADN de los originarios del país.
Debido a ello, Mescal habló directamente con su entrenador personal, Tim Blakeley, para llevar a cabo sus rutinas y dietas y le comentó que estaba dispuesto a dejarlo de lado durante el tiempo que fuera necesario por las circunstancias, pero el profesional tuvo a bien preparar unas prácticas teniendo en cuenta los poco salubres hábitos del actor. sin sacrificar esa parte de su vida, por muy insalubre que sea esta. «Fue muy amable y lo tuvo en cuenta a la hora de marcarme las pautas».