Aunque ahora conocemos Una nueva esperanza como el Episodio IV de Star Wars, lo cierto es que no fue así hasta su reestreno de 1981. En los sucesivos estrenos de 1978 y 1979 simplemente ponía «Star Wars», y fue después cuando se añadió el número y el título del episodio. La intención de George Lucas era darle al público la sensación de que se habían perdido algo, y llamar así su atención. Además, afirma que desde el principio había sido la idea… aunque Michael Kaminski, uno de los mayores conocedores del universo Star Wars, afirma que en un buen montón de revisiones del guion original ponía claramente «Episodio Uno», y en los de El imperio contraataca ponía «Episodio Dos». Ay, George, George…
Niños, niños, futuro, futuro
En una época en la que solo las estrellas de Hollywood acaban protagonizando las sagas más potentes es sorprendente ver cómo Mark Hamill consiguió el papel de Luke Skywalker… ¡Sin haber hecho nada más en su carrera! Tan solo unos cuantos episodios televisivos y películas cutres para la pequeña pantalla antes de ver cómo su fama se volvía meteórica y se convertía eternamente en el personaje que le hizo estar en boca de todos.
Aunque creo que podemos decir de manera oficial que después de Los últimos jedi (y su cameo en El ascenso de Skywalker), no volveremos a verle con la galaxia. Pero quizá sí que lleguemos a ver… ¡A sus hijos! Y es que Nathan, Chelsea y Griffin Hamill tuvieron un papel en la octava parte como miembros de la Alianza Rebelde. Al menos por sus venas no corre el Lado Oscuro de la Fuerza.
Aunque ninguno de los tres ha conseguido la fama de su padre, sí han hecho sus pinitos en diferentes puestos dentro de la industria del cine, aunque solo sea como actores en cortometrajes o ayudantes en el equipo de arte. Bueno, no siempre se puede empezar empuñando un sable láser.