En octubre de 1948, en las páginas del número 140 de Detective Comics, Batman se enfrentó por primera vez a Enigma, en una portada en la que parecía haber atrapado a los superhéroes en una estructura metálica mientras el texto de portada anunciaba «Introduciendo a un sensacional nuevo adversario de los compañeros en peligro. El príncipe de los puzzles, ¡Enigma!». Han pasado más de 65 años desde entonces, y el villano con el traje repleto de interrogaciones se ha convertido en uno de los más míticos de Batman y Robin. Tanto, que incluso le hemos visto en dos películas separadas por casi 30 años de diferencia.
Más que una pregunta, tengo una reflexión
En Batman Forever el encargado de representar a Enigma fue Jim Carrey, quizá el actor más conocido del mundo por aquel entonces, aunque en un principio el elegido fue Robin Williams, que lo acabó rechazando. De hecho, se sabe que el equipo de la película tuvo que quitarse de encima a Michael Jackson, porque quería, como fuera, ese papel. Y aunque Tommy Lee Jones acabó odiando a Carrey, no cabe duda de que Enigma se convirtió, como poco, en un enemigo totalmente icónico.
Por eso, cuando llegó la hora de replantear al Hombre Murciélago en The Batman, Matt Reeves pensó inmediatamente en Enigma como su enemigo, aunque en esta ocasión con una cara muy diferente a la del histriónico actor: Paul Dano. Sin embargo, hay un detalle entre ambos que les une en el tiempo: las gafas y el peinado, que son absolutamente iguales. ¿Es un detalle intencionado? Puede, pero Dano ha declarado que se probó más de doscientas gafas hasta elegir las definitivas, así que es probable que sea una mera casualidad.

Warner
Por cierto, aunque se suele calificar a Batman Forever como el primer gran descalabro del personaje, lo cierto es que recaudó más de tres veces lo que costó y dejó la puerta abierta al futuro de la franquicia. Tristemente, todos nos acordamos de Batman y Robin dos años después, que, aunque dio beneficios, mató para siempre cualquier posible secuela hasta la llegada de Christopher Nolan, que volvió a darle dignidad. ¿Cómo lo logró con toda la presión que debía tener encima? Eso sí que es un enigma.