Ha cerrado la Fase 4 del UCM y puede presumir de ser considerada una de las mejores películas de la franquicia en los últimos tiempos
Thunderbolts*, la película que ha puesto el broche de oro a la Fase 5 del Universo Cinematográfico de Marvel y cimentado el camino para una Fase 6 que traerá consigo el esperado regreso de la saga Vengadores, continúa su trayectoria en las salas de cine con mejor pronóstico que sus predecesoras. Aunque su debut fue más flojo que otras de las nuevas películas de la franquicia, empezando por Capitán América: Brave New World, su caída en la segunda semana en cartelera ha sido mucho menos acusada, al tiempo que las buenas críticas se mantienen.
La película protagonizada por Florence Pugh, Sebastian Stan y David Harbour, entre otros, ya roza los 275 millones de dólares a nivel global y actualmente es la sexta película más taquillera en lo que llevamos de año justo por detrás de Los Pecadores.
Aunque todavía está lejos de los 414 millones de dólares recaudados por la película de Capitán América estrenada el pasado mes de febrero, Thunderbolts* puede presumir de ser considerada como la mejor película de la franquicia en los últimos tiempos, mientras que la protagonizada por Anthony Mackie no fue especialmente bien recibida en su día, especialmente por parte de la crítica.
Sin embargo, ambas películas tienen guardan más similitudes de las que imaginaríamos inicialmente, puesto que, como acertadamente han analizado en Collider estos días, los desenlaces de ambos largometrajes tienen bastante en común.
A priori, la principal relación entre ambas películas que se nos vendría a la mente es la del lugar que ocupan en el UCM, ayudando a la transición a una nueva etapa en la franquicia en la que nuevos héroes ocupan la primera línea, pero, a nivel de trama sus historias tienen poco que ver. Mientras en Capitán América: Brave New World el nuevo Capitán América, Sam Wilson (Mackie), debe hacer frente al Presidente de los Estados Unidos, Thaddeus Ross (Harrison Ford), convertido en Hulk Rojo tras haber sido manipulado por otro villano con muchas ganas de venganza; en Thunderbolts* el centro está en un grupo de antihéroes con pasado turbulento que acaba haciendo piña para salvar a un hombre aparentemente inocente y llamado Bob (Lewis Pullman) que también ha sido manipulado científicamente para convertirse en una gran amenaza contra la humanidad.
No obstante, aunque la primera sea una película sobre un héroe en solitario y la segunda sobre un grupo de héroes, si lo piensas, todos ellos tienen en común que no tienen superpoderes y que, para hacer frente a ambas amenazas, tienen que hacer uso de algo mucho más a su alcance: su propia humanidad.
En Capitán América 4, Sam acaba apaciguando la ira de Hulk Rojo utilizando la relación con su hija, mientras que, en Thunderbolts*, logran enfrentarse a sus propios demonios para salvar a Bob de su oscuridad y así acabar con la expansión del Vacío que está absorbiendo la humanidad.
En ambos filmes los héroes explotan su propia humanidad como una de sus grandes fortalezas y su éxito frente al villano no solo depende de una gran lucha final. Será interesante verles interactuar en la próxima Vengadores, Avengers: Doomsday, donde la presencia de los protagonistas de ambas películas ya ha sido confirmada.