El prolífico productor estrena nueva película de ficción, ‘La viuda negra’ sobre el crimen real de Patraix, en Netflix dejando clara su postura sobre los límites del true crime: «Hay que entrevistar a criminales en prisión sin pagarles»
«No vamos a hablar con los asesinos». Ramón Campos lo tenía claro cuando él y su equipo se pusieron manos a la obra con la película de ficción La viuda negra que este viernes 30 de mayo se estrena en la plataforma de ‘streaming’ Netflix. La nueva apuesta por el ‘true crime’ aborda el caso conocido como el «Crimen de Patraix» un caso criminal que tuvo lugar en 2017 y que se hizo especialmente mediático porque la principal sospechosa del asesinato era la viuda de la víctima, quien habría encargado a uno de sus amantes que acabase con la vida de su marido.
Ni Ramón Campos ni su equipo son nuevos en el género. De hecho, el productor, que sin ir más lejos ya estaba detrás de El caso Asunta en 2024 junto al mismo director de La Viuda Negra, Carlos Sedes, es un gran aficionado a la crónica negra y a lo largo de su trayectoria ha realizado desde su productora Bambú Producciones numerosos proyectos, en forma de ficción y documental, sobre crímenes reales. Desde el famoso documental Operación Nenúfar sobre el propio caso Asunta, como El caso Alcàsser también para Netflix, 800 metros o Cómo cazar a un monstruo.
Campos tiene muy clara su postura. «No vamos a contactar con ellos y no vamos a hablar con ellos porque lo que ellos vayan a decir no nos interesa. Nos interesa lo que digan las otras las otras personas». De igual modo, tampoco iban a mostrar nada en pantalla que pudiera hacer daño a los familiares de la víctima: «Para nosotros lo más importante es el respecto a las víctimas. Y en el caso de de Maje el cómo asesinaron a su marido no era importante. Creo que es algo en lo que tenemos que reflexionar todos: La crónica negra es importante, la crónica negra es parte de nuestra sociedad, debemos hacer crónica negra y podemos hacer crónica negra, pero siempre poniéndonos en el lugar de las familias de las víctimas. Si crees que vas a hacer un daño innecesario, no lo hagas. No hace falta», reflexiona en su entrevista con SensaCine con motivo del estreno de la película.
No obstante, su postura no quiere decir que crea que no se debe entrevistar a los criminales en prisión. Cree que debe hacerse, puesto que los relatos pueden ayudar a entender la sociedad en la que vivimos, pero rechaza con vehemencia que los condenados por asesinato puedan recibir dinero por sus testimonios.
«Estamos viviendo un momento en el que el ‘true crime’ es un género que está de moda ahora mismo y creo que somos todos responsables de lo que hacemos. Creo que hay que entrevistar a criminales en prisión. Hay que entrevistar a criminales en prisión sin pagarles. Hay que entrevistar a criminales en prisión para poder entender la sociedad en la que vivimos, porque la crónica negra es parte de la sociedad en la que vivimos», reflexiona. Pero eso tiene sus límites.
No estoy de acuerdo con que se introduzcan de forma ilegal elementos para grabar las entrevistas, no estoy de acuerdo con que se pague por esas entrevistas, no estoy de acuerdo con que se haga espaldas de las familias de las víctimas, no estoy de acuerdo con que la única versión que escuchemos sea la del criminal
«Creo que no es blanco o negro, pero estamos en un momento en el que el clickbait provoca que sea blanco o negro. Creo que se puede analizar cada caso de forma independiente», comparte el productor poniendo el caso de Ana Julia Quezada, la asesina del niño Gabriel, tras descubrirse que se le había proporcionado un móvil para hacer entrevistas para un documental. «En ese caso se introdujo un teléfono ilegalmente, se le pagaba por sus declaraciones y es algo que me parece detestable, que una productora hable con un criminal y pagarle para que cuente su historia, porque te va a contar una mentira».
«Tenemos un caso, que es ‘El rey del cachopo’, que durante todo su documental miente permanentemente. Los criminales mienten», sentencia Campos «Mienten porque saben que están mintiendo o mienten porque en su cabeza han tergiversado la realidad. Entonces no puedes darles la confianza y menos pagarles, sobre todo cuando en todos los juicios de crímenes tienen que pagar una indemnización a las víctimas. No se pueden lucrar. De hecho en Estados Unidos tienen la Ley del hijo de Sam, que es que los criminales no pueden lucrarse con nada relacionado con sus crímenes. Me parece una locura que alguien intente entrevistar a Ana Julia Quezada».
Respecto a aquellos casos en los que, desde la cárcel, algunos condenados mueven ficha para intentar paralizar estrenos, como en su día ocurrió con Rosa Peral con El cuerpo en llamas o con Angy por el reciente documental que no llegó a estrenarse, Ramón Campos está tranquilo por partida doble: «Tenemos despachos de abogados y tenemos asesoramiento judicial. Dos jueces trabajan con nosotros revisando todos los guiones para decirnos lo que estamos haciendo. Netflix tiene sus despachos de abogados también. Desde Bambú [Producciones] estamos muy tranquilos de que lo que hemos hecho es legal y que está bien hecho. Y moralmente también estamos muy tranquilos, porque creemos que hemos tomado todas las medidas para no hacer más daño del que ya la crónica negra per se hace».