El actor tampoco fue la primera opción de Sergio Leone, pero sí la más económicamente asequible

Clint Eastwood es, a sus 94 años, una auténtica leyenda viva del cine wéstern. Él intérprete, que una vez establecido como actor pudo cumplir su sueño de ser también director de cine y protagonizar sus propias películas, debutó en 1955 con un papel sin acreditar en La venganza del hombre monstruo pero su gran oportunidad se produjo en 1959 con su fichaje de por la serie Cuero crudo, en la que trabajaría durante varios años y que acabaría derivando en el papel que le brindó la fama mundial
Aunque al principio no estaba muy seguro, Clint Eastwood acertó de lleno cuando aceptó convertirse en uno de los protagonistas de Por un puñado de dólares en 1964, la película wéstern italiana que dio origen y popularizó el subgénero conocido como ‘spaguetti western’ y que también una trilogía, la Trilogía del Dólar de Sergio Leone, que es auténtica historia del cine.
«Me gustó [Por un puñado de dólares] y pensé que tal vez un enfoque europeo le daría al western un nuevo aire», contaría Eastwood en una entrevista de 1977 con el reportero de la BBC Iain Johnstone.
Por su parte, Leone tampoco pensó en Eastwood como su primera opción para el papel de El hombre sin nombre. Aunque demostrase ser perfecto, el director italiano tenía en mente inicialmente a James Coburn, actor de otras famosas películas de la época como La gran evasión o Los siete magníficos., pero su caché era demasiado alto: «Realmente quería a James Coburn, pero era demasiado caro», declaró Leone a BBC en la misma entrevista.
Eastwood, sin embargo, era económicamente más asequible, con un caché de 15.000 dólares frente a los 25.000 de Coburn. Además, su presencia física había llamado lo suficiente la atención de Leone como para ofrecerle el papel:
No vi ningún personaje en ‘Cuero crudo’, solo una figura física. Lo que más me impresionó de Clint fue su forma indolente de moverse. Me pareció que Clint se parecía mucho a un gato
Con Un puñado de dólares, Leone le dio un giro al wéstern americano popular: basada en el relato de samuráis Yojimbo de Akira Kurosawa, la película nos presenta a Eastwood, como Joe, un joven pistolero que deambula por las calles de la capital de México mientras la ciudad está viviendo sus peores momentos, con la injusticia y el terror habiéndose apoderado de todos sus habitantes. Un día, la vida le cambia cuando es testigo de un peligroso acontecimiento que puede dañar más el país.
«Yo sabía ‘arrivederci’ y ‘buongiorno’ y [Leone] sabía ‘goodbye’ y ‘hello’, y eso era todo», declaró Eastwood sobre el trabajo en el set. «Luego él aprendió un poco de inglés y yo un poco de italiano, y entre medias, un poco de español, y, en cierto modo, nos las arreglamos».
Tras el éxito de Por un puñado de dólares, Clint Eastwood volvió a trabajar con Leone en las dos secuelas, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, siendo las tres películas consideradas aún a día de hoy tres de los mejores títulos de la historia del cine wéstern.