Es uno de los actores más brillantes de nuestra época y no hay papel que no borde
Hay pocos actores cuya única presencia pueda llenar toda una habitación y, sin duda, Daniel Day Lewis es uno de ellos. Conocidísimo actor de método, ha protagonizado grandes obras maestras del cine. Por ejemplo, Mi hermosa lavandería (1985), Mi pie izquierdo (1989), En el nombre del padre (1993) o Pozos de ambición (2007). Eso, por decir unas pocas, porque todo proyecto en el que ha trabajo tiene algo por lo que vale la pena echarle un vistazo -y casi siempre suele ser su interpretación-.
Viendo su trabajo como actor ya podemos intuir que debe ser un profesional metódico y concentrado, pero es que lo han confirmado varios compañeros de reparto. Uno de ellos es Adam Driver, que trabajó en Lincoln (2012) muy al inicio de su carrera, y que asegura que no es nada complicado trabajar con él, pero impone un enorme respeto entre todos los miembros del equipo.
En una entrevista en el legendario programa de Howard Stern en SiriusXM, Driver confesó cómo fue la primera vez que vio a Lewis en el set.
No dije nada, estaba paralizado de miedo y solo me concentraba en [mi interpretación]. Entra [en el set] y todo el mundo se queda en silencio. Todo el mundo está muy concentrado y, entre las tomas, él se va y todo el mundo [respira aliviado]. Cambian las luces, las cosas y, cuando él vuelve, todos están concentrados por completo
A pesar de esta imponente presencia, es una persona considerada con la que es fácil tratar. «Está muy metido en el proceso, así que pensé que iba a ser muy cerrado, pero no pudo ser más generoso y abierto. Él me habló cuando se terminó el rodaje, pero mantenía su voz. Me dijo: ‘encantado de conocerte», añadió Driver.
No es el único que ha hablado así de Lewis. Stephen Graham, que trabajó con él en Gangs of New York, pudo conocerle unas semanas antes de que comenzara el rodaje, por lo que pudieron hablar tranquilamente como personas fuera de sus personajes. Pero todo eso cambió en el minuto uno en que se vieron en la filmación.
Estaba sentado en el departamento de maquillaje y él llegó totalmente vestido. Literalmente, puso su mano en mi hombro. Nunca lo olvidaré, me dan escalofríos. Me mira a través del espejo y me dice: ‘a partir de ahora te llamo Shane y tú me llamas Bill’. Le dije: ‘Ok, ok, Bill
Graham lo recuerda entre risas, pero el gesto que pone al hablar de la anécdota es de impresión absoluta. El actor añade que, a pesar de mantenerse dentro de su personaje, Lewis jugaba con el resto del equipo –Leonardo DiCaprio, Jim Broadbent o Eddie Marsan– a las cartas y comentaba los partidos de fútbol. Solo que con la voz del temible Bill The Butcher.