Hace tan solo 14 años, Internet era un lugar muy distinto al actual, en el que las redes sociales aún no habían hecho su desembarco definitivo y los blogs seguían teniendo importancia dentro del ciberespacio. Uno de estos blogs fue el de Andy Weir, un hombre orquesta que había hecho de todo -desde cómics hasta conceptos de discos de rap- antes de empezar a publicar, semana a semana, una historia llamada The Martian… que había sido rechazada por decenas de editoriales en Estados Unidos. Cuando recopiló la historia y la puso a la venta por 99 céntimos, consiguió 35.000 ventas en solo tres semanas. Obviamente, había interés por su historia.
De Drew a Ridley
El primero que intentó llevar The Martian al cine fue Drew Goddard, el guionista de Guerra Mundial Z y director de La cabaña en el bosque, que hizo un guion pero, antes de tener la opción de dirigirla, trató de conseguir el puesto en una adaptación de Los Seis Siniestros (los enemigos de Spider-man) que nunca llegó a buen puerto. Al final, fue Ridley Scott el que se sentó en el sillón de director, y Goddard da gracias cada día por ello, porque, según él, salió una película mucho mejor que cualquier cosa que hubiera hecho él.
Y puede que tenga razón, porque Scott midió todo en esta película de manera milimétrica. Por ejemplo, cambió el despegue de la novela a Sol 18 en lugar de Sol 6, porque quería que Mark llevara un cubo de heces cuando creaba el fertilizador… Y seis días de seis personas haciendo sus necesidades no daban como lugar un cubo tan lleno. Así que decidió que estuvieran más en el espacio para justificarlo. El olor en la ficción tenía que ser fino.

Fox
Por cierto, si tienes curiosidad por el lugar que representa Marte en la película, tendrías que ir a Jordania, y más concretamente al desierto de Wadi Rum, un sitio impresionante donde ya se rodaron Planeta Rojo o Misión A Marte, y que te hará sentir como que has hecho pie en un impresionante planeta lejano. De verdad.