Después del éxito de Misión Imposible, todo el mundo tenía claro que diferentes directores debían probar su versión de la saga, pero siempre manteniendo la calidad de la nueva saga que acababa de empezar. Así es como John Woo acabó dirigiendo una Misión Imposible 2 cuyo primer guion, escrito por William Goldman, fue masacrado hasta el punto de que tan solo quedó el clímax, cambiando todo lo demás, desde el villano hasta la motivación de los personajes. Normal, teniendo en cuenta que Tom Cruise estaba increíblemente preocupado por si esta segunda parte no llegaba a alcanzar la calidad de la primera. Spoiler: no lo consiguió, efectivamente.
El drama dentro del set
Solo hacía siete años que Woo había dado el salto desde Hong Kong hasta Estados Unidos, cuando en 1993 estrenó Blanco humano, protagonizada por Jean-Claude Van Damme. Se convirtió pronto en un imprescindible de la acción americana, y rodó Broken Arrow y Cara a cara antes de centrarse en las nuevas aventuras de Ethan Hunt. El problema es que, pese a lo que pueda parecer en un rodaje tan caro como este, no pudo controlarlo todo.
Es triste y conocida la historia de Mark Joseph Connolly, que en junio de 1999 perdió el conocimiento tras el golpe de una motocicleta y le hizo acabar con heridas en su cuello y en el lado izquierdo. El doble de acción denunció a Billy Burton, el director de segunda unidad, y, efectivamente, acabó ganando el juicio en 2007, ocho años después, acordando 1.018.253 dólares como compensación.
Tristemente, Connolly solo conoció la noticia horas antes de morir de cáncer, aunque, según dijo su hermano, estaba demasiado enfermo como para reaccionar a ella. Según el juez, Burton estaba tan determinado a rodar ciertas tomas y no perder el día de rodaje, que puso en peligro la vida de sus compañeros, y ni siquiera llegaron a ensayar la escena. El resultado, tan triste como difícil de olvidar cuando veamos de nuevo esta segunda parte.