No todo el mundo lo sabe, pero «Jumanji» es una palabra zulú que existe realmente y significa «muchas efectos». El autor de la novela original, Chris Van Allsburg, quiso hacer referencia a las muchas cosas que podían pasar cuando se lanzaba el dado en el tablero. Con los años, se ha convertido en una franquicia por puro derecho que cuenta con dos secuelas oficiales, una no oficial (Zathura), una serie de dibujos animados y hasta montañas rusas en parques de atracciones. Y Jumanji 4 está a punto de llegar…
Lanzando el dado y moviendo tres
Si sabes algo sobre Robin Williams, serás consciente de lo mucho que le gustaba improvisar y salirse del guion cada dos por tres. Formaba parte de su personalidad como actor: hacer bromas de manera continua, incluso en dramas como El indomable Will Hunting. Pero en Jumanji tuvo que asegurar que se iba a ceñir al guion, porque al ser una película de aventuras pura la gente podía desconcentrarse al esperar una broma continuamente. Su papel fue tan mítico que, cuando llegó la hora de hacer una nueva versión, su espíritu planeaba por encima de todo el metraje
Y la prueba está en un detalle que se te puede haber pasado por algo: en un momento de Jumanji: Bienvenidos a la jungla podemos ver una estatuilla de elefante. Exacto: la misma que Alan Parrish llevaba mientras jugaba en el tablero del primer Jumanji, como manera de honrar a Robin Williams y que aquí, en la secuela, representaba a Álex, el personaje que llevaba encerrado en el juego durante décadas. No es la única vez que veremos las figuritas con las que se movían en la primera parte.
De hecho, al final, el resto aparecen versiones de las mismas pero como estatuas, con un tono mucho más aterrador. Para que quede más claro, aún se subraya al aparecer un elefante que acaban montando y que supone un giro en la trama. Una referencia más a Williams, un actor que probablemente nunca dejarán de llorar en Hollywood… Y en la vida, así en general.