Tiene a Lisa Kudrow y Ray Romano entre sus protagonistas y es una comedia negra que
No busques más, que tenemos la recomendación perfecta para aquellos que quieren una serie golosa de ver y que no requiera todo el fin de semana: Fachadas.
La ficción, protagonizada por Lisa Kudrow y Ray Romano, es una comedia negra creada por Liz Feldman, la misma que está detrás de Dead to Me, una comedia sobre asesinatos con mucha guasa y los ingredientes justos para atraparte de principio a fin. Pues su nueva propuesta es similar: muchos secretos, misterios y vecinos que no son como dicen ser.
Está disponible en Netflix y lo mejor es que son 8 episodios que solo tienen media hora de duración. En total, 4 horas y media que puedes engullir en una sola tarde.
Fachadas se centra en Lydia y Paul, un matrimonio que quiere vender la casa familiar. Diferentes parejas se acercan para interesarse por la vivienda y, aunque están encantados, uno intuye que hay algo oscuro. La casa está llena de secretos, al igual que los compradores y los vendedores.
Este es el mejunje explosivo que da lugar a un drama que, a pesar de jugar la misma fórmula de siempre y no innovar demasiado, funciona con bastante solvencia. Por eso no ha tardado en convencer en la plataforma de ‘streaming’. Se estrenó hace tan solo unos días y ya ha alcanzado los 6 millones de visualizaciones, metiéndose en el Top 10 en 62 países.
Linda Cardellini, OT Fagbenie, Abbi Jacobson, Lisa Kudrow, Denis Leary, Poppy Liu, Teyonah Parris, Ray Romano y Luke Wilson conforman el reparto de la serie que ha conseguido un 81% en Rotten Tomatoes. El consenso es que sus «numerosos giros y vueltas pueden sentirse como un castigo, pero un reparto excelente y un gancho sólido como una roca le dan a esta comedia una base sólida».
Es un poco de lo que habla Daniel Fienberg para The Hollywood Reporter: «Los atrevidos giros son entretenidamente ridículos, el diálogo chisporrotea y hay suficiente ansiedad y resignación en la actuación de Kudrow y Romano para mantener todo con los pies en la tierra». Al igual que Andrea Thompson para Chicago Reader: «Hay suficientes desarrollos muy cómicos y secretos no enterrados para mantener la atención de los espectadores, y, sin duda, muchos experimentarán la satisfacción más barata a medida que se refuerzan su clasismo y sus prejuicios«.