El actor se encontraba en su mejor momento profesional, pero esta película de acción fue un patinazo a nivel comercial pero también de crítica
Ahora es una auténtica leyenda viva del cine de acción pero cuando Arnold Schwarzenegger comenzó a hacer sus primeros pinitos en el mundo de la interpretación nadie sabía que su faceta como fisioculturista profesional acabaría siendo casi en una anécdota más sobre su pasado al convertirse en una auténtica estrella de Hollywood. Tras su participación en algunas películas cuando aún usaba el apodo Arnold «Strong», Schwarzenegger se dio a conocer como actor con su papel protagonista en la película Conan, el bárbaro en 1982 y rápidamente se convirtió en una estrella.
El intérprete no tuvo que esperar demasiado para triunfar. Su papel de Conan en la película de fantasía épica le puso en órbita, pero fue su siguiente papel, que apenas tardó en llegar, el que le consolidó en la industria: James Cameron se fijó en él para protagonizar su famosa película Terminator de 1984, que también fue un auténtico éxito comercial que ya forma parte de la cultura popular, y a partir de ese momento Schwarzenegger se convirtió en un auténtico héroe de acción.
Por un lado volvería a retomar sus papel en las secuelas de ambas películas, Conan, el destructor y Terminator 2: El juicio final (y varias de sus secuelas), pero también protagonizaría varios proyectos míticos del cine de acción de los 80-90 como Commando, Depredador, Perseguido, Desafío Total, El último gran héroe o Mentiras arriesgadas, que aderezó con algunas también inolvidables comedias más familiares como Poli de guardería, Los gemelos golpean dos veces o Un padre en apuros.
Las décadas de los 80 y 90 fueron la mejor etapa de Arnold Schwarzenegger como héroe de acción y, aunque no dejó de trabajar, muchos sitúan a día de hoy la película Eraser como la que marcaría el final de su era dorada en Hollywood.
Sin embargo, durante su época de mayor éxito, Arnold Schwarzenegger también experimentó el fracaso con Ejecutor, la película que protagonizó entre Commando y Depredador en el año 1986. A menudo se nos olvida que existe, de hecho, pero en la película dirigida por John Irvin Schwarzenegger era Mark Kaminsky, un ex agente expulsado del FBI que acaba ocupando el puesto de sheriff de una pequeña localidad de Carolina del Norte. Desmotivado y aburrido, Kaminsky tendrá una oportunidad para volver a su antiguo trabajo cuando el jefe del FBI Harry Shannon (Darren McGavin), cuyo hijo ha sido asesinado por un gánster, le convence para ayudarle en su venganza personal con la promesa de ser readmitido: infiltrarse en la banda y acabar con todos sus miembros desde dentro.
Con un coste de 10 millones de dólares y una recaudación de apenas 16, Ejecutor fue considerada un fracaso comercial, pero tampoco fue bien recibida a nivel de crítica. Toda una decepción para una película protagonizada por la estrella del momento.
Curiosamente, Schwarzenegger ni siquiera se sentía demasiado atraído por el proyecto, y aceptó básicamente por compromiso: tenía un acuerdo de varias películas con el productor Dino De Laurentiis y además estaba muy interesado en el papel protagonista de Desafío total, de la que en aquel momento De Laurentiis tenía los derechos. Asimismo, el propio Dino De Laurentiis quiso producir Ejecutor con el objetivo de hacer dinero precisamente para Desafío total, que llevaba un tiempo siendo su principal proyecto. Sin embargo, las cosas no pudieron salir peor para el productor: Ejecutor fue un fracaso financiero y ayudó a que De Laurentiis terminase en quiebra y tuviese que vender los derechos de Desafío total a Carolco.
No obstante, no hay mal que por bien no venga, puesto que De Laurentiis no terminaba de ver a Schwarzenegger en el papel de Quaid y había elegido a Patrick Swayze en su lugar.