Un drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial que se considera uno de los mejores del género y en el que todo estaba cuidado al milímetro, pero que también dio lugar a la improvisación
Hubo un tiempo en el que Steven Spielberg sentía cierto miedo saliéndose del cine de aventuras y el más puro entretenimiento, pero no dejó de intentarlo. Su trabajo en La lista de Schindler no fue su primera incursión en el género dramático, pero sí le sirvió de gran ayuda para demostrarse a sí mismo y a la industria que podía hacer una gran película de cualquier género. Con ella, de hecho, ganó su primer Oscar a Mejor Director y también Mejor Película y es uno de sus trabajos de los que se siente más orgulloso.
El siguiente Oscar a Mejor director que se llevaría Spielberg llegaría 5 años después, de nuevo con una película dramática: en esta ocasión un drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial que se considera uno de los mejores del género jamás realizados en la historia del cine. Salvar al Soldado Ryan fue y sigue siendo elogiada por su gran realismo a la hora de plasmar uno de los episodios clave del conflicto, el Desembarco de Normandía.
Es bien sabido que Steven Spielberg cuidó hasta el más mínimo detalle para llevar a cabo su película. El proceso de investigación fue arduo y profundo e incluso montó un campamento con los intérpretes para que interiorizaran la dureza de la vida de un soldado.
Pero ese perfeccionismo no implicó que Spielberg no estuviera dispuesto a tomar decisiones y aplicar cambios de última hora si eso iba a mejorar el resultado final de la película. De hecho, una de las escenas más desgarradoras de la película fue incluida en pleno rodaje, puesto que el destino final de un personaje estaba planeado de forma diferente en un principio.
Durante la batalla de Ramelle en la recta final de Salvar al soldado Ryan, varios de los personajes clave eran asesinados por los soldados alemanes invasores, incluido el soldado Mellish, interpretado por Adam Goldberg. En la escena, el cabo Upham, interpretado por Jeremy Davies, escucha a Mellish luchando por su vida, pero, en lugar de subir corriendo las escaleras y entrar en la habitación en un heroico intento de salvar a su camarada, Upham se arrodilla en el suelo y llora mientras Mellish es asesinado.
Una escena inolvidable que fue ideada por Spielberg y su equipo el día del rodaje, tal y como revelaría en propio Adam Goldberg a Los Angeles Times:
Originalmente, solo me iban a disparar en la batalla final, cuando [el asesor militar principal] el capitán Dale Dye sugirió que me involucrara en una pelea cuerpo a cuerpo, porque una de las cosas en las que yo destacaba en el campo de entrenamiento era en el uso de la bayoneta
«Entonces Steven [Spielberg] y yo empezamos a hablar de ello, de que queríamos que fuera lo más realista posible. Había mucho más de lo que se vio en el corte preliminar; era tan gráfico que el proyeccionista de Steven, que proyectaba las tomas diarias en Los Ángeles, le dijo que no podía dejar la escena en la película. Es demasiado doloroso de ver. Al recordarlo, creo que había mucho más de mí gritando lo mucho que me dolía».
Asimismo, Spielberg también decidió ese mismo día el papel que jugaría Upham en la escena: «A mitad de la grabación, Steven me llevó a un lado y me dijo que había visto algunas de las tomas diarias y que se había sentido inspirado para empezar a contarle a Ryan desde el punto de vista de Upham. Me dijo que Upham representaba a la audiencia más que cualquier otro personaje, dado que, por supuesto, la mayoría de nosotros nunca experimentaremos la guerra, y Upham solo fue entrenado para servir como intérprete en situaciones que no fueran de combate», explicó Davies a Los Angeles Times.
A partir de ese momento, el papel de Upham se convirtió en un recurso aún más valioso en la película, aunque a menudo su modo de actuar haya sido objeto de rechazo entre los espectadores puesto que Mellish era un personaje muy carismático.
Sin embargo, aunque doliese, la película hubiera sido muy diferente si Spielberg no hubiera estado abierto a los cambios durante el proceso.