La actriz se empeñó en que Daniel Day-Lewis fuera su coprotagonista, pero el actor ya había firmado por otro proyecto
Julia Roberts es una de las grandes estrellas de Hollywood. De eso no hay duda. Sin embargo, tiempo atrás, dejó tirados a todos en un proyecto cinematográfico y eso le costó al estudio 6 millones de dólares.
Hace 34 años, Roberts era la actriz más popular gracias a su papel de Vivian Ward en Pretty Woman (1990). En 1991, el director Edward Zwick consiguió vender el guion de una comedia romántica a Universal y el proyecto atrajo a Roberts. La película se titulaba Shakespeare in Love.
La historia tiene como protagonista a Viola de Lesseps, una mujer que se enamora de William Shakespeare cuando él está escribiendo su famosa obra Romeo y Julieta. Tras una reescritura del libreto por parte del famoso dramaturgo británico Tom Stoppard, Roberts fichó por el filme. La actriz entonces se empeñó en que Daniel Day-Lewis interpretara a Shakespeare. Sin embargo, el actor ya había firmado para hacer En el nombre del padre (1993). Aun así, Roberts insistió en que podía persuadir al actor y le envió dos docenas de rosas y el mensaje: «Sé mi Romeo».
A partir de aquí, todo empezó a desmoronarse. Roberts se marchó en medio de una cena con Zwick y Stoppard al negarse a asistir al primer día de pruebas de cámara con otros actores disponibles para el papel de Shakespeare. La actriz pidió al cineasta que cancelara las citas porque, según ella, «Daniel va a hacer la película». Sin embargo, cuando Zwick habló con el actor, este le recordó que había fichado por otro proyecto.
Roberts acudió a regañadientes a las pruebas, pero menospreció a todos los actores que se presentaron. Ralph Fiennes fue uno de ellos, quien todavía no había debutado en la gran pantalla pero sí era un reconocido intérprete de teatro.
«Julia apenas lo reconoció», escribió Zwick en un ensayo en Air Mail (vía EW) en 2023. «No sugiero que lo estuviera saboteando a propósito, pero fue un desastre. Intenté llamar la atención de Ralph para disculparme mientras se iba, pero no pudo salir de allí más rápido. Después de marcharse, me volví hacia Julia, esperando su reacción. ‘No es gracioso’. Eso fue todo lo que dijo».
Las siguientes semanas de pruebas fueron igual de malas con actores como Hugh Grant, Rupert Graves, Colin Firth, Sean Bean, Jeremy Northam fueron candidatos. «Julia encontró defectos en todos: uno era rígido, otro no era romántico y así sucesivamente», contó Zwick.
«No le guardo rencor»

Miramax
Pasaron unas semanas y Roberts hizo una prueba con Paul McGann. Fue un ensayo general y ella iba vestida de época, pero la actriz no estaba preparada. «No hubo magia. El problema no era el guion. Ni Paul McGann. Era Julia. Desde el momento en que empezó a hablar, quedó claro que no había estado trabajando en el acento», recordó el director. Roberts es estadounidense, pero los personajes del filme son británicos, por lo que la intérprete tenía que imitar el acento.
Al día siguiente, la actriz abandonó el rodaje y se marchó de vuelta a Estados Unidos dejando a Zwick peleando por encontrar una solución. Los decorados estaban ya en construcción y la búsqueda de localizaciones en marcha. Perdieron seis millones de dólares. Zwick abandonó el proyecto.
«No le guardo rencor», dijo el cineasta sobre Roberts. «Era una joven de 24 años asustada. Yo no era mucho mayor, intentando hacerme el adulto mientras veía cómo demolían el decorado del Teatro Globe. Y con él, mis sueños de grandeza».
Años más tarde, el proyecto revivió en Miramax -la compañía de Harvey Weinstein– con John Madden como director, Gwyneth Paltrow como Viola y Joseph Fiennes -hermano de Ralph Fiennes- como Shakespeare. Shakespeare in Love (1998) no solo fue un éxito comercial -costó 25 millones de dólares y recaudó 289.3 millones de dólares en todo el mundo-, también estuvo nominada a 13 premios Oscar y ganó 7, incluyendo los de Mejor película y Mejor actriz.