El actor protagonizó el filme de Spike Jonze sobre un hombre que se enamora del sistema operativo de su móvil
Scarlett Johansson tiene una curiosa anécdota ocurrida durante el rodaje de Her, el filme de Spike Jonze protagonizado por Joaquin Phoenix. La película, estrenada en 2014, sigue la historia de un hombre que se enamora del sistema operativo de su móvil, una especie de Siri. Mientras Phoenix dio vida al protagonista, Johansson puso voz a Samantha, el asistente virtual del teléfono. En un momento de la película, ambos mantienen relaciones sexuales, lo que hizo que la actriz tuviese que grabarse fingiendo un orgasmo.
Durante el rodaje de este momento, Phoenix tuvo que abandonar el set. «Intentamos que fuese una toma y él estaba perdiendo el control», contó Johansson en Armchair Expert, el podcast del actor Dax Shepard. «Abandonó el estudio. Necesitaba un descanso».
Además de esta revelación, Johansson también habló sobre lo extraño que fue grabarse fingiendo un orgasmo:
No quieres escuchar tu voz nunca. Definitivamente no quieres escuchar cómo suenas cuando estás teniendo un orgasmo. Definitivamente no quieres escuchar cómo suenas fingiendo un orgasmo. Puaj. Da mucho asco. Fue muy raro
Scarlett Johansson, sustituta de la voz original
Originalmente, Samantha Morton fue la elegida para interpretar a Samantha y la película se rodó con ella como la voz del asistente virtual. No obstante, Johansson la sustituyó en posproducción y eso implicó también rodar escenas adicionales. Este cambio no es nuevo en el proceso de trabajo de Jonze, pues ya sustituyó a Michelle Williams con Lauren Ambrose en Donde viven los monstruos mientras estaban editando la película.
El director contó en Vulture lo ocurrido: «Samantha estaba con nosotros en el set y fue increíble. Fue solo en posproducción, cuando empezamos a editar, cuando nos dimos cuenta de que lo que el personaje y la película necesitaba era diferente a lo que Samantha y yo habíamos creado juntos«.
«Si escuchas mi voz y escuchas la de Scarlett son dos tipos de flores completamente diferentes», explicó la propia Morton en Vanity Fair. La actriz también destacó que no hay rencores y que le emocionó que la película funcionara tan bien.