De nuevo bajo la batuta de Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood, es la peor valorada de la trilogía a la que pertenece

«Creo que solo hay una trilogía que funciona completa y absolutamente a la enésima potencia». Quentin Tarantino, un auténtico amante del ‘spaguetti wéstern’ que no pierde la oportunidad de homenajear al género en cuando tiene una oportunidad, lo tiene claro a la hora de hablar de sus películas de cabecera: la conocida como la «Trilogía del dólar» de Sergio Leone, uno de los directores a los que más admira, ha sido una gran influencia en su cine y, pase el tiempo que pase, su devoción por Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966) se mantiene intacta.
El director lo explicaba perfectamente en su visita al podcast Club Random con Bill Maher en 2024: «Hace lo que ninguna otra trilogía ha podido hacer. La primera película es fantástica, pero la segunda es tan buena y lleva la idea a un lugar mucho más grande que la primera. Luego, la tercera hace lo mismo que la secuela, y eso es algo que no suele ocurrir nunca. Suelen dar un salto muy grande desde la primera a la segunda y no aterrizan bien en la tercera».
La segunda de las tres películas, La muerte tenía un precio (1965), se emitirá hoy en abierto en el espacio de La 2, Días de Cine clásico, a las 22 horas.
De nuevo bajo la batuta de Leone, con el regreso de Clint Eastwood tras su éxito en Por un puñado de dólares y manteniendo la increíble música de Ennio Morricone como parte de la ecuación, La muerte tenía un precio también estaba protagonizada por la leyenda del wéstern Lee Van Cleef, que en ese momento no pasaba por el mejor momento profesional pero pudo reconducir su carrera tras el éxito de la película.
En La muerte tenía un precio, los cazarrecompensas el coronel Douglas Mortimer (Van Cleef) y Monco (Eastwood) no son los mejores amigos, pero se convierten en rivales cuando los objetivos de uno comienzan a interponerse en el trabajo del otro. Mortimer está tras la pista del delincuente Cavanaugh (José Marco) pero, antes de poder atraparlo, el forajido es asesinado por Monco, lo que les acaba privando a ambos de la recompensa. A pesar de las tensiones y la competencia entre ellos, los dos hombres deciden que lo mejor es trabajar juntos para atrapar al temido El Indio (Gian Maria Volontè), puesto que es mejor y más seguro abordarlo entre dos personas. Para ello, infiltran a Monco de encubierto en su banda, a la espera de una buena oportunidad para atacar. Sin embargo, el poderoso El Indio no tarda en sospechar.
La película, una coproducción entre Italia, Alemania y España, fue rodada en España, concretamente en el desierto de Tabernas en Almería, y fue un auténtico éxito de taquilla, consagrando el trabajo de Leone y el género apodado como ‘spaguetti wéstern’ que prácticamente acababa de nacer. Tras su éxito, aunque el plan inicial de Leone nunca fue que Por un puñado de dólares se convirtiese en una trilogía, llegaría El bueno, el feo y el malo, que está considerada la mejor de las tres.
Considerada merecidamente una de las mejores películas wéstern de la historia, La muerte tenía un precio es aún así la película peor valorada de las tres, con un 92% en Rotten Tomatoes frente al 97% y 98% de la primera y segunda cinta, pero muchos reivindican que se trata de la mejor de las tres.