Puede que la mayor parte del público no se diera cuenta, porque al fin y al cabo está considerada como «una serie para niños», pero Bluey cambió para siempre después de la emisión de sus dos últimos episodios, El cartel y Sorpresa. En el primero, de tamaño extralargo, se nos introducía el drama de un guion más maduro que iba mucho más allá del juego de padres e hijas. En el segundo, se abría una trama importantísima tanto para el futuro de Bluey (como personaje y como serie). De hecho, su creador, Joe Brumm, está tomándose un descanso antes de hacer o bien una cuarta temporada, o bien una película. Y Disney está esperando tanto como todos los niños del planeta.
Menuda perrería
La idea que Brumm tuvo de Bluey fue muy sencilla: no iban a enseñar nada educativo a los niños y niñas. Ni a contar, ni a leer, ni cada episodio iba a cerrar con una lección moral. Simplemente, íbamos a ver jugar a sus protagonistas durante siete minutos. La serie fue tal exitazo gracias a su ternura, su humor intergeneracional y sus diseños tan simples como divertidos, que Disney corrió a comprar los derechos tan solo dos años después de su estreno. Y vaya acierto.
Eso sí, muchos padres, al ver a Bandit y Chilli tan juguetones, se preguntan cómo es posible. O sea, ¿en qué trabajan para poder estar todo el día en casa siendo los mejores padres del mundo? Lo cierto es que la serie tiene una solución brillante, aunque hay que leer entre líneas. Chilli trabaja media jornada en el control de seguridad de un aeropuerto, y Bandit es arqueólogo, por lo que tiene que irse de vez en cuando a hacer viajes largos y en su despacho tiene un hueso en una caja de cristal. ¿No creéis que tiene todo el sentido del mundo?
Al fin y al cabo, ¡ambos son trabajos «de perro»! Buscar huesos y oler las maletas en la seguridad por si hubiera tráfico de drogas. No es la única vez que Bluey se ha fijado en que sus protagonistas no son realmente humanos, y de hecho la paleta de cada episodio, basada en el azul y el amarillo, está pensada para que los propios perros puedan verla, puesto que son dos de los colores que son capaces de distinguir. Oye, no todas las series pueden decir que su público objetivo son niños y perretes.