A finales de los 90, en DreamWorks tenían muy claro que Shrek no iba a funcionar. Su primer pase de prueba había sido un desastre (tanto, que tuvieron que cambiar todos los diseños), su actor protagonista, Chris Farley, acababa de morir, y nadie veía cómo demonios esto iba a acabar siendo proyectado. De hecho, que te trasladaran a ese equipo de producción se consideraba una especie de castigo para los animadores. Ellos mismos lo conocían como el Gulag, el sitio al que ibas si fallabas en El príncipe de Egipto. Al final, todos sabemos lo que pasó, ¿no? Shrek recaudó 492 millones y la otra se hundió (más o menos) con 218 millones.
Somebody just told me…
No todo el mundo sabe que toda la franquicia Shrek nace de un pequeño libro ilustrado de William Steig que en un principio iba a adaptar Steven Spielberg con animación tradicional y con las voces de Bill Murray y Steve Martin. Y, desde luego, la historia del cine animado habría sido de otra manera, porque no podemos olvidar que esta película se llevó el primer Óscar de la historia a película animada, demostrando que no todo en el cine es Disney. Por suerte.
Además, Shrek se recuerda por detalles maravillosos, como un pequeño guiño al final de la película que en un primer visionado pasa desapercibido: cuando Fiona le da a Shrek una especie de algodón de azúcar hecho con telas de araña y moscas, una vez él se aleja, ella se chupa los dedos. Puede parecer un simple chiste, pero en realidad está dejando intuir que ella también es, obviamente, una ogra.
https://www.youtube.com/watch?v=E8ZMF-UQM_7baIKi&t
Por cierto, que después del éxito (con razón) de El gato con botas: El último deseo, la saga está tan en forma que ya se ha anunciado que tendremos quinta parte de nuestro ogro favorito. Llegará 15 años después de la cuarta entrega, así que es un momento perfecto para ver si Shrek puede vivir más allá del éxito en Internet. The years start coming, and they don’t stop coming…