
¡Oh capitán, mi capitán!
Escrito por Walt Whitman en 1865 a raíz del asesinato de Abraham Lincoln, el poema ¡Oh capitán, mi capitán! no solo es uno de los más representativos y populares de uno de los poetas más queridos de Estados Unidos, sino que en 1989 se convirtió también en la inspiración de una poderosa escena cinematográfica que marcó a toda una generación y que, 36 años después, sigue siendo tan recordada como el primer día.
Aunque la inolvidable película de Peter Weir El club de los poetas muertos nos dejó momentos para el recuerdo, sin duda su escena más icónica es la secuencia final de la película, en la que el poema de Whitman, que ya había jugado un papel en la trama del filme, cobra todo el protagonismo en un emocionante momento en el que es difícil que no se nos salten las lágrimas. En parte también porque el momento implica a Robin Williams, el actor fallecido en 2014 que es uno de los más carismáticos de la historia.
En El club de los poetas muertos de Peter Weir, Robin Williams interpreta a John Keating, un joven y motivado profesor que, en otoño de 1959, es contratado como profesor en una conservadora universidad de Welton, en Nueva Inglaterra. Allí, un lugar con la disciplina por bandera, sus métodos de enseñanza contrastan rápidamente con las costumbres de alumnos y profesores y no pasan desapercibidos para nadie.
Keating, con la ayuda de la poesía, motiva e inspira a sus estudiantes con nuevas ideas, ayudándolos no solo a aprender, sino a tomar conciencia de valores como la libertad. Algunos de los chicos están tan fascinados por los nuevos contenidos y métodos de enseñanza que forman un club secreto: El club de los poetas muertos, cuyos miembros se reúnen por la noche en una antigua cueva para recitar poemas. Pero el mundo que los rodea sigue siendo conservador y especialmente el despótico rector Nolan (Norman Lloyd) hace todo lo que puede para combatir los excesos del espíritu libre en su institución.
Las trágicas consecuencias de la mala acogida por parte del sector más estricto de la universidad son bien conocidas por aquellos que han visto la película, pero, a pesar del descorazonador suceso que desencadena el desenlace, su emocionante escena final es lo suficientemente agridulce como para dejarnos una sonrisa y un recuerdo imborrable.
Asimismo, también fue muy recordada a raíz de la muerte de Robin Williams en 2014, cuando la escena y el poema se utilizaron como homenaje.
El club de los poetas muertos está disponible en las plataformas de ‘streaming’ Filmin y Disney+.