Décadas antes de que el ambicioso fracaso del western ‘La puerta del cielo’ fuera redescubierto como una obra maestra no reconocida, Steven Spielberg ya la defendía
Hay veces que lo que una película parece destinada a lograr, sencillamente, no se cumple. Son muchos los ejemplos de películas que, a pesar de contar con grandes presupuestos, grandes talentos creativos y muchas expectativas, acaban siendo un sonado fracaso, mientras que ser el proyecto de una vida de un director, por prestigioso que sea, tampoco es garantía de éxito. No hace mucho lo hemos visto con Megalópolis.
En el año 1980 había grandes expectativas con La puerta del cielo, una película wéstern dirigida por Michael Cimino que el prometedor cineasta llevaba casi toda una década intentando hacer y que finalmente había podido hacer realidad. Absolutamente obsesionado con que todo fuera perfecto y prestando atención al más mínimo detalle, se esperaba que la película pudiera ser uno de los más grandes logros de Cimino, pero lo cierto es que la película fue enorme fracaso: uno de los mayores batacazos para el estudio United Artists que solo recaudó 3,5 millones de dólares en la taquilla mundial, a pesar de tener un presupuesto de producción de 44 millones de dólares.
Sin contar los costos de publicidad y otros gastos, el histórico western de 1980 dejó un agujero de 40,5 millones de dólares en las arcas del estudio, lo que, ajustado a la inflación, equivale a una pérdida de 150 millones a día de hoy.
Curiosamente, uno de los primeros intentos de Cimino por sacar adelante la película, no pudo salir adelante porque no encontraba el talento necesario para ello, con la negativa del propio John Wayne para convertirse en el personaje protagonista.
Por si el fracaso económico no fuera suficiente, La Puerta del Cielo también fue objeto de críticas realmente malas, aunque, con el paso del tiempo, el filme de Michael Cimino ha ido ganando una mejor reputación e incluso algunos cinéfilos la consideran ahora una joya subestimada del cine western.
El redescubrimiento gradual de La puerta del cielo como una obra maestra no reconocida se debe principalmente a dos factores: los gustos y expectativas cambiantes al respecto del género western, pero especialmente por los nuevos cortes de la película que hicieron que la visión original de Cimino fuera accesible al público puesto que el corte original tenía una duración de 219 minutos (más de 3 horas y media de duración).
La versión de la película que fue un desastre en taquilla fue creada bajo una enorme presión por parte del estudio, aunque Cimino fue a menudo culpado del fracaso y nunca llegaría a recuperarse del todo.
Aunque el tono de muchas críticas hacia La puerta del cielo solo cambió con las versiones reconstruidas lanzadas en 2005 y 2012, un célebre cineasta fue un firme defensor de la película desde el principio: Steven Spielberg, quien defendió el western desde el principio y consideró culpable al estudio pero no a Cimino de la mala acogida del filme.
«Desearía que hubieran dejado en paz a Cimino, porque de todos los nuevos chicos que están llegando, Michael tiene la mejor oportunidad de convertirse en el nuevo David Lean», dijo Spielberg a la revista Rolling Stone en 1982. Comparó a Cimino no solo con el director de Lawrence de Arabia, sino también con William Friedkin, Francis Coppola, Brian De Palma y Martin Scorsese, y especuló: «Si un día consigue una historia apta para las masas, ¡será imparable!».
Aunque sus predicciones sobre Cimino no se cumplieron, sus comentarios sobre la responsabilidad de la industria son importantes: «Conozco como máximo a cuatro ejecutivos de estudios en esta ciudad que saben cómo editar y completar una película. Las personas que están a cargo hoy no tenían ni idea de cómo salvar La puerta del cielo, si es que la película necesitaba ser salvada. Y creo que no necesitaba ser salvada», dijo Spielberg. «Aunque es una película con algunos defectos, también es una de las películas más cuidadosamente elaboradas de todos los tiempos».