Pide una ambulancia… ¡Pero no para mí!
Punisher (o como le conocemos en los cómics en España, El Castigador) nació en las páginas de The Amazing Spider-man en febrero de 1974, allá por el número 129. Originalmente, como podéis imaginar, no era un antihéroe, sino un villano que se cargaba todo lo que pillaba aupado por su extraña idea de la justicia. Por aquel entonces, Stan Lee ya había dejado el guion en las manos de Gerry Conway y Ross Andru estaba haciendo un trabajo espectacular a los lápices. El resultado es un cómic para la historia que creó un personaje inolvidable.
¡Qué corte!
Punisher no tardó mucho en tener su primera adaptación. 15 años después, en 1989, Dolph Lundgren le interpretó en una película que ahora es de culto, pero que en aquel entonces se estrenó directamente a vídeo en Estados Unidos (injustamente, todo sea dicho). Tuvimos que esperar hasta 2004 para volver a verle en una pantalla, esta vez con la cara de Thomas Jane, que tuvo como enemigo no solo a John Travolta, sino al luchador de WWE Kevin Nash.
En The Punisher, Nash interpretaba a El Ruso, un enemigo clásico de Punisher que nació en el año 2000 en los cómics. Eso sí, el luchador no sabía a lo que se enfrentaba: por un error, el responsable de efectos especiales metió la pata y se olvidó de cambiar el cuchillo de verdad por uno de mentira. ¿El resultado? Jane acabó apuñalando a Nash. Su respuesta, como buen profesional acostumbrado al dolor, fue sonreír y continuar la escena como si nada. ¡De hecho, esa fue la toma que acabaron usando!
Aparentemente, según cuenta el propio Nash, después de la escena se puso Superglue en la herida y siguieron rodando como si nada. Desde entonces ha salido en un buen montón de series y películas más, así que al final la bravuconada le salió a cuenta. ¡Aún sigue vivo para contarlo!