Existen películas con una capacidad que se siente transformadora. Conforme vuelves a ellas, notas que están hablando contigo de una manera distinta, emocionándote en rincones que menos esperabas. Siguen siendo perfectas como el primer día, pero ahora lo son de una manera distinta de igual modo que tú evolucionas para ser una persona distinta.
Sin duda, pasa con películas como Antes del atardecer, una obra maestra prácticamente inmediata que el tiempo no hace sino volver más redonda e imprescindible. Y con sólo hora y media de metraje. Ethan Hawke y Julie Delpy regresan en este nuevo capítulo de la emocionante saga de amor de Richard Linklater.
Han pasado nueve años desde que un viaje fortuito en tren uniera por casualidad a Jesse y Celine. La atracción mutua que sintieron solo duró unas horas porque ambos emprendían caminos diferentes, pero en la despedida prometieron reencontrarse unos meses más tarde. La cita nunca tuvo lugar y ahora, mucho tiempo después, ambos vuelven a reencontrarse en París.
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Su vida ha cambiado. Jesse es escritor, está casado y vive en Nueva York; Celine vive en París con su novio y se toma muy en serio su activismo como ecologista. No obstante, hay algo que aún perdura, la profunda conexión que les une y que sintieron ya tiempo atrás. Sus conversaciones por las calles parisinas retomará algo que quedó interrumpido hace casi una década.
Tras haber hecho la también imprescindible Antes del amanecer, Linklater se reunía con los actores para valorar la posibilidad de hacer una continuación más grande y ambiciosa, teniendo lugar en varias localizaciones. Pero la falta de financiación les devolvió a la esencia más básica, planteando la acción en un único lugar y en un periodo de tiempo más apretado aún que la primera película.
‘Antes del atardecer’: conversaciones y cambios
Las diferentes charlas creativas y reuniones entre director y actores se convirtieron en una escritura conjunta de un guion que retoma a la perfección una de las historias románticas más emocionantes que terminaba con un bello enigma. Resolverlo podría haber roto la magia, pero volver a ver a estos personajes intercambiando conversaciones y reflexionando sobre cómo cambian y no cambian sus vidas es extraordinario.
Y con el paso del tiempo, conforme uno mismo va viendo evolucionar sus impresiones y sus relaciones vitales, más nota como esta película intermedia habla con uno de manera más directa. Algo que también engrandece a su continuación, Antes del anochecer, consolidando una de las mejores trilogías de todos los tiempos.
Puedes ver Antes del atardecer en Max y en Filmin.
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