Y también una de las que el cineasta se siente más orgulloso. Puedes verla en ‘streaming’ de la mano de Movistar Plus+
A menudo hablamos del Desembarco de Normandía el episodio más notable de Segunda Guerra Mundial, pero entre febrero y marzo de 1945, Estados Unidos lanzó un ataque naval, terrestre y aéreo a gran escala contra la isla japonesa de Iwo Jima que acabó siendo la batalla más sangrienta del Pacífico.
Ocupada por 22.000 combatientes japoneses, la de Iwo Jima fue la única batalla terrestre en la Guerra del Pacífico en la que Estados Unidos vio más soldados fuera de combate que sus japoneses, pero el balance de víctimas fue desolador en ambos bandos. Tuvieron 25.000 pérdidas, incluidas 6.821 muertes. En el lado japonés, el número de víctimas fue absolutamente espantoso: sólo quedaron 1.083 supervivientes de los 22.000 defensores de la isla.
La terrible batalla, una de las más famosas de esta guerra, documentada mediante imágenes de archivo en color, está también en el centro de Cartas desde Iwo Jima, una película realmente especial en la carrera como cineasta de Clint Eastwood, quien en 2006 se decidió a contar este episodio de la guerra desde la mirada de ambos bandos en una especie de díptico cinematográfico: primero el estadounidense con Banderas de nuestros padres e inmediatamente después el japonés con el mencionado largometraje, escrito por Iris Yamashita, Paul Haggis y Tadamichi Kuribayashi y considerado por Clint Eastwood como una de sus mejores películas.
Cartas desde Iwo Jima relata los acontecimientos desde el punto de vista japonés y, más concretamente, desde la mirada del comandante jefe japonés encargado de organizar las defensas de la isla, interpretado por un extraordinario y admirable Ken Watanabe.
«Realmente puedes hacerte una buena idea de cómo fue esta batalla desde ambas perspectivas»
En una interesante entrevista en vídeo publicada por Insider, el historiador John McManus, a quien ya hemos visto hablar de otras famosas películas como Salvar al soldado Ryan, otorga un sólido 9 sobre 10 a la película de Eastwood, que también se encuentra entre las mejores de su filmografía.
Para él, la película describe con gran precisión elementos de la batalla, en particular el vasto sistema de 27 kilómetros de túneles japoneses de la isla, las armas y las fortificaciones construidas por las tropas del país nipón.
Pero lo que, según él, constituye la gran fortaleza de Cartas desde Iwo Jima es precisamente que fuese concebida como un díptico. «Lo que hace que Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima sean especiales es que no conozco ninguna otra circunstancia en la que una película retrate a ambos bandos en dos películas diferentes y que tenga una especie de complemento en el que puedas ver ambas y realmente tener una buena idea de cómo fue esa batalla desde ambos puntos de vista».
Lamentablemente, ambas películas no fueron un éxito de taquilla. Banderas de nuestros padres sólo recaudó 65 millones de dólares mientras que Cartas desde Iwo Jima tuvo un desempeño un poco mejor, con 68 millones de dólares.
De gran poder emocional, Cartas desde Iwo Jima es una inmensa película de guerra, encaramada en lo más alto del género y que Clint Eastwood reconoce como uno de sus mejores trabajos: «Fue una gran satisfacción porque sigo pensando que es una de las mejores películas que he hecho».