Un poderoso thriller con brillantes interpretaciones que perdió a uno de sus actores principales a un mes de comenzar a rodar
Está a punto de cumplir 95 años, pero hace solo unos meses llegaba a las salas de cine Jurado Nº 2, la película más reciente como director de Clint Eastwood y quizá también la única, aunque el cineasta no ha confirmado su retirada y puede que esté trabajando en su próximo proyecto. Ya alejado de su faceta como actor, que fue la que le permitió hacerse un nombre en la industria, la veterana estrella de Hollywood comenzó a explorar la idea de ponerse detrás de las cámaras en los años 70, siendo su ópera prima Escalofrío en la noche (1971), y desde entonces no ha parado.
Ganador en dos ocasiones del doble Oscar a Mejor película y Mejor director -en 1993 por Sin perdón y 2005 por Million Dollar Baby-, entre las mejores obras de Clint Eastwood también se encuentran Infierno de cobardes, Los puentes de Madison, Mystic River, Gran Torino o El francotirador, entre otras.
Sin embargo, Clint Eastwood no siempre tuvo éxito y en su trayectoria, como en la de cualquier director, también encontramos algunos altibajos. Asimismo, aunque tener a Eastwood era un sueño para cualquier estudio, en 2003 el director tuvo que renunciar a su sueldo en primer lugar para sacar adelante una película en la que tenía mucho interés pero cuyos altos costes no terminaban de convencer a Warner Bros. Pictures.
Esa película era Mystic River, una de las mejores películas del cineasta y que acabaría siendo nominada a seis premios Oscar de los que ganaría dos: Mejor actor para Sean Penn y Mejor actor de reparto para Tim Robbins. La película está disponible para su visionado en Netflix.
Aunque la productora confiaba en Eastwood, no se sentía muy atraída por el proyecto, que consideraba demasiado oscuro. «Warner Bros. no estaba entusiasmada con hacer Mystic River, pensaban que era demasiado oscura», admitió el propio cineasta en una entrevista a CBS en la que recordó que, para abaratar costes y poder seguir adelante, se le ocurrió eliminar su sueldo, como ya hiciera con su ópera prima en 1971. «Dije que lo haría gratis. Es bastante irónico que 33 años después de mi primera película tuviera que volver a hacer lo mismo».
No obstante, en realidad solo se trataba de un aplazamiento, puesto que Clint Eastwood empezaría a cobrar una vez que la película empezase a tener beneficios y eso fue precisamente lo que ocurrió: el thriller recaudó 156,6 millones de dólares en la taquilla mundial frente a su presupuesto de 30 millones de dólares.
Otro de los problemas a los que tuvo que hacer frente Mystic River fue la pérdida de su protagonista, que en un principio iba a ser Michael Keaton. Sin embargo, un mes antes de comenzar el rodaje, el ex de Batman abandonó el proyecto. Su sustituto fue Kevin Bacon.
En la película, adaptación de la aplaudida novela de Dennis Lehane, Jimmy (Penn), Dave (Robbins) y Sean (Kevin Bacon) son tres amigos del pasado que se convirtieron en adultos teniendo que dejar atrás un hecho traumático que les dejó secuelas de por vida: Dave fue secuestrado en la calle y violado brutalmente por dos hombres. Desde entonces,su vida y relación nunca volvió a ser la misma. Veinticinco años después, hace mucho tiempo que los hombres han olvidado su amistad cuando sus caminos se cruzan nuevamente en el mismo suburbio. La hija de 19 años de Jimmy, Katie (Emmy Rossum), es brutalmente asesinada después de una noche de bebida en un bar y Sean, ahora es policía, se encarga de la investigación. Coincidentalmente, Dave, fue una de las últimas personas en el bar que vio a Katie con vida y se convierte en el objetivo de la policía.
Un thriller brutal que merece estar entre las películas más elogiadas de Eastwood y a la que en SensaCine le brindamos 4 estrellas: «Eastwood maneja a la perfección el tempo del suspense, virando en ocasiones hacia las lagunas del melodrama, deteniéndose en los interrogantes morales del trío de protagonistas. Finalmente, la resolución del misterio es aún más desoladora, por su carencia de artificio, y el espectador sólo puede que sentirse arrastrado por los acontecimientos que desfilan por pantalla».