Paco Caballero (‘Perdiendo el este’, ‘Amor de madre’) encierra a una clase de adolescentes en un hotel en su nueva comedia, ‘Viaje de fin de curso: Mallorca’

Imagina por un momento que tienes 18 años y acabas de terminar el instituto. Ante ti se abre todo un mar de posibilidades para tu futuro, pero también el que probablemente será el mejor verano de tu vida. Libre de responsabilidades y con la rebeldía que solo tenemos de adolescentes. Si recuerdas bien esos años, también sabrás que no todo era tan feliz y brillante en esa época. La adolescencia, además de venir llena de felicidad, estaba cargada de preocupaciones.
Tanto si lo recuerdas como si no, Prime Video estrena este viernes una película que retrata a la perfección los dilemas de aquellos años. Se llama Viaje de fin de curso: Mallorca -en Prime Video a partir del 30 de mayo– y se basa en el caso real de un instituto que se fue a las Islas Baleares a celebrar que terminaban bachillerato y acabaron confinados sin poder salir de sus habitaciones de hotel. Era el año 2021 y el COVID campaba a sus anchas.
El director Paco Caballero y los guionistas Eric Navarro y Natalia Durán se ponen en la piel de esos adolescentes a los que se les arrebató la mejor fiesta de su vida en esta comedia salvaje y rebelde, como debería ser cualquiera a esa edad. «Que a un adulto de 40 años le quites un año por estar confinado creo que no es tan importante. Pero es importante que se lo quites a alguien de 18, que está experimentando todo, que son sus primeras veces, que lo único que tienen son sus amigos y no los pueden ver. Y se lo estamos quitando sin preguntarles cómo estáis», dice Caballero en una entrevista con SensaCine.
Al ver la película recuerdo mis años de adolescente y creo que si la hubiera visto con esa edad la habría disfrutado mucho. Habla muy de tú a tú. ¿Cómo fue hacer esta historia sin ser adolescente pero hablándoles muy cercano?
Yo digo siempre que esa es la frase, de verdad. Es un ‘de tú a tú’ a la adolescencia. Yo creo que soy un adolescente, vamos, síndrome Peter Pan. No tengo la sensación de haber pasado de los 16 años y encantado de estar ahí. Siempre he tenido una cercanía con los adolescentes. Queríamos contar una historia que por fin alabara al adolescente. Siempre hay una guerra entre los adultos y los adolescentes y creíamos que teníamos que poner el foco allí, que ellos mismos nos contaran cuál es su sufrimiento, sus miedos y sus problemas. Había que hablar de la adolescencia y había que elevarlos y decir ‘no, son gente que tiene mucha cabeza, que son muy inteligentes y muy responsables y que tienen mucho miedo y no les ayudamos porque parece que son tonterías de adolescentes. No es así, en ese momento es vital y en ese momento es muy importante.
Me junté con un grupo de actores muy jóvenes. Aparte de que ya estaba muy bien dialogado el guión y estaba muy bien tratada la adolescencia, yo quería darles esa voz y decirles: ‘Chicos, chicas, ¿qué os pasó en el COVID? ¿Cómo lo vivisteis? ¿Cómo fue vuestro instituto? Contadme cómo decidís vosotros ser actores. Porque para vosotros quizás es más fácil. Porque algunos sois actores desde que tenéis ocho años. Pero ¿cómo es ese vértigo? De repente enfrentarte a una decisión que va a cambiar el resto de tu vida’. Ellos han aportado mucha emoción, mucha energía, mucha cabeza de cómo vivieron ellos todo este momento del confinamiento. Que a un adulto de 40 años le quites un año por estar confinado creo que no es tan importante. Pero es importante que se lo quites a alguien de 18, que está experimentando todo, que son sus primeras veces, que lo único que tienen son sus amigos y no los pueden ver. Y se lo estamos quitando sin preguntarles cómo estáis. Nos da igual. También hay que entender en la fase que están ellos. Y creíamos que en esta película teníamos que hablar de una generación. Más allá de que la peli es una locura, una gamberrada, creo que tiene un tema importante y es que hay una visión de ellos. Gala, por ejemplo, el personaje protagonista, tiene una visión y habla a los mayores. Es para pensar un poco todo el mundo que estamos dejando. Creo que tiene un tema importante ahí.
Pero, ¿Cómo fue exactamente el proceso de escritura? Porque, más allá de que los actores os hayan ayudado, es que tratáis temas muy concretos con mucha precisión.
Es un tema que a Eric y a mí siempre nos ha interesado y del que siempre hemos hablado mucho. Y, sobre todo, yo soy una persona muy nostálgica. A la hora de escribir Eric y Natalia han metido muchas vivencias de cómo se sentían ellos y cómo eran ellos, ¿no? A mí me gusta hablar de ciertos temas de la adolescencia que se repiten en mi cabeza todo el rato y creo que son muy importantes de hablar. Son los cimientos que tienes para cuando luego eres mayor. Por eso siempre decimos que en esta peli el adolescente tiene que ser rebelde. Yo lo decía con Eric. Tenemos que decir que el adolescente tiene que serlo porque es la manera que tiene para construirse. Si no es rebelde el adolescente con 18 o 16 años, ¿Cuándo lo va a ser? Yo es que la tengo ahí a la vuelta de la esquina, la adolescencia. De verdad te lo digo. Y soy una persona de 45 años, pero admiro mucho a los adolescentes.
La película juega mucho con esta parodia de magacín de tarde un poco entre crítica a la televisión y a los adultos, ¿Cuál era vuestro objetivo con esto?
No queremos generarnos enemigos con esta película. Creo que, además, es una película que va a molestar a gente. Está hecha un poco para que moleste. Porque si no, no podíamos defender al adolescente. Si no molesta, va al adulto. Pero la gente que tenga un poco de sentido del humor también va a entender la ironía que hay en todo esto, ¿no? Es verdad que, cuando hubo la noticia real de Mallorca con los confinados, fue en verano y se metió mucha caña y todos los días se hablaba de estos chavales y qué estaban haciendo ahí dentro. Eso a mí me parecía muy duro. Yo los veía y decía, pobrecitos, ¿no? Todo el mundo estaba como: ‘les va bien y así aprenderán. ¿Y quién paga esta comida?’. O sea, ¿qué queremos? ¿Que se mueran?
Nosotros lo hicimos un poco porque queríamos ver esa visión un poco extrema, un poco en comedia, de cómo el adulto temeroso del adolescente, que lo hay, habla de ellos como si fueran un animal de la selva que no conoces. Parece que tenemos miedo de hablar con los adolescentes, por lo que nos vayan a decir, ¿no? Entonces creo que hay que hablar con ellos. No hay que hablar como si conociéramos al adolescente, que es lo que pasa en el programa de tele. Cuando llega un adolescente y habla, de repente, te da una vuelta que dices ‘pues me callo la boca’. Pero nadie les ha preguntado, creo que hay que preguntarles más.
Hablando ahora de los personajes, cuéntame más cómo es Yolanda Ramos en el rodaje, ¿la dejáis improvisar? ¿sigue el guion?
Yo a Yolanda la conozco hace mucho tiempo, porque he trabajado con ella en varios proyectos, hice Benvinguts a la familia con ella, una serie de TV3, también hice Amor de madre, una peli con ella y con Carmen Machi y Quim Gutiérrez… Y yo con Yolanda me llevo excepcional. Además, tenemos un sentido del humor muy parecido y la manera de trabajar con Yolanda es muy fácil. Ella es un animal, es una bestia de la comedia, la entiende a un nivel estratosférico. Entonces, Eric y yo sabíamos cómo trabaja, pensamos en el personaje y pensamos que era ella. Está escrito de una manera que es Yolanda y queremos que sea Yolanda haciendo de este tipo de profesora medio alemana que había antes en los 80 con su chándal, que era un poco militar, que da un poco de miedo, pero que la pobre está en una depresión. Yolanda, cuando entiende el personaje, dejo que nos haga propuestas de improvisación y nos quedamos con lo que nos gusta, lo que no va fuera y ella lo entiende perfectamente y forma parte del trabajo. Es genial porque ella siempre que viene eleva el estado anímico del equipo, todo el mundo se divierte cada vez que viene y yo me lo paso genial. Hay un montón de escenas que se han caído en la película, por temas de duración, y hay una escena, que yo espero que salga, que tenemos medio montada, de la habitación con la otra profesora, que es una locura. Es Yolanda en estado puro y te meas de risa. Yo ese día estaba con las lágrimas, no podía ni cortar la escena por lo divertida que era. Con Yolanda yo curraría toda mi vida.
Y en cuanto a la localización, ¿grabasteis en un hotel de verdad? Porque al final de la película está ya todo pasado de madre
Todo es real. O sea, quiero decir, todo lo que pasa en la película es real. Que hayamos reventado el hotel es, de cierta manera, real. El hotel es un hotel que en esa época estaba cerrado, porque abren a partir de Semana Santa y nosotros rodamos la peli en enero, febrero y marzo, justo antes de abrir en Semana Santa. El hotel se va destruyendo a medida que pasa el metraje, ¿no? Y eso se fue haciendo de verdad, se pintó las paredes y todo fue un caos. Yo cada semana que pasaba de rodaje, paseaba por el set y veía todo lo que había en el suelo, mierda, botellas, cuadros tirados, muebles rotos… Era como, ¿pero esto qué es? ¿estamos haciendo una peli del apocalipsis? Pero fue muy divertido también. Y los del hotel fueron increíbles, estaban encantados. La producción la hicimos en Barcelona, y luego nos fuimos una semana a Mallorca a rodar los exteriores, que son poquitos porque los confinan muy rápido, no los dejan salir ni un día.
Para cerrar la entrevista, la película se llama Viaje de fin de curso Mallorca. ¿Esperáis llevar el viaje de fin de curso a otras provincias y a otros lugares?
Es una cosa que viene de la plataforma, no nuestra, viene de Amazon, que nos lo propusieron, y yo me pregunté lo mismo que tú. Dije: ‘esto es porque a lo mejor tenéis ganas de llevarlo a otro lado’. Para mí las películas son como algo conclusivo, y ya está contado. El mensaje que queríamos dar de no tener que tomar decisiones, de que no hace falta que nos precipitemos, que está bien estar perdido, ¿no? Pero claro que nos apetece hacer más versiones de viaje de fin de curso, porque nos lo hemos pasado bien, y creemos que hay opciones de contar muchas cosas. Esperemos que la película sea un momento donde la gente, los adolescentes o todo el mundo que le interese esto se lo pase muy bien porque en realidad es una fiesta, es muy divertida. Yo creo que la gente, cuando la vea en grupo en su casa, entre adolescentes y colegas, van a querer irse de fiesta inmediatamente. Creo que es el espíritu de la película.