Ni confirmamos ni desmentimos que en la redacción haya más de una persona que quiera vivir también en esta maravilla de vivienda
Estamos ya a finales de año, casi rozando la Navidad, que comenzó su invasión nada más decirle adiós a Hallowe’en y, siendo sincera, a mí lo único que me apetece en este punto es quedarme en casa a gustito enrollada en una buena manta viendo comedias románticas. Pero es que si tuviera la cabañita de Sarah Paulson en Malibú es que no habría quien me sacara de allí.
La actriz ha enseñado a Architectural Digest su vivienda y yo me he enamorado de ella. Siento que es un lugar donde se pueden dar las mejores historias en soledad o acompañada. 46 metros cuadrados de perfección con los que claramente la intérprete está totalmente obsesionada, ¡y no es para menos! Una propiedad totalmente reformada y decorada a su gusto, algo que destaca la artista en más de una ocasión para el medio diciendo que para ella era superimportante que su hogar la representase para sentirse también cómoda en él.
Por cierto, no vive en esta monada de cabaña con su pareja, la también actriz Holland Taylor, pero sí con sus perros. Al parecer, una de las razones por las que Paulson decidió optar por este espacio fue porque se encuentra muy, muy cerca de la playa, y sus mascotas adoran tanto como ella dar largos paseos por tal enclave. De hecho, una de las peculiaridades del pequeño patio que tiene la actriz en su cabaña es que tiene una ducha con un grifo específico para enjuagarse los pies, porque su «must» para la relajación máxima es caminar descalza por la arena.
Sin duda, si tuviera que definir con un único adjetivo la casa de Sarah Paulson, ese sería el de acogedor, pero la realidad es que la palabra «cozy» en inglés engloba mucho mejor que lo que transmite el espacio, una propuesta que parece recién salida de Pinterest y a la vez una casa vivida y para vivir de verdad. Nada de frialdad minimalista y falsa austeridad. Esto se aleja mucho de las enormes mansiones de las Kardashian y es mucho más similar a la casa de Jennifer Garner.
Estampados muy especiales, un par de obras de arte, encimeras e islas de mármol blanco con vetas grises y verdes y un baño de ensueño, de un aspecto retro pero hipercuidado, mucha luz natural… Una combinación que en un principio podría resultar ecléctica pero que tiene precisamente la magia de todo lo que se caracteriza por este adjetivo.
Además, lo mejor de todo es que a pesar de su tamaño, Sarah Paulson comenta que su casita sigue siendo un lugar perfecto para hacer encuentros con sus amigos y amigas, algo que disfruta muchísimo, de ahí que haya decidido tener dos refrigeradores en lugar de uno para tener siempre bebidas frías a mano y mucho hielo. Sin duda, la actriz sabe bien cómo saborear lo que de verdad importa.