Si no viviste el final de los 90, no puedes entender lo que supuso Matrix para toda una generación. De pronto, impuso no solo todos los salvapantallas del mundo (que pasaron a tener letras y símbolos verdes cayendo en cascada), sino un modo de vestir: gafas de sol, chaquetas de cuero, etcétera. Matrix lo fue todo en 1999, el efecto bala pululó a lo largo del resto de películas mainstream durante un lustro y aún hoy se puede rastrear como una de las películas que más han influenciado a los blockbusters del siglo XXI. Ahí es nada.
Despierta, Neo
Hay quien dice que la alegoría trans de Matrix no se entiende del todo y que es un poco una imaginación postmoderna, pero lo cierto es que en el primer guion se veía mucho más claro, cuando Neo, el avatar dentro de Matrix, sería de un sexo distinto al real. El estudio no estaba, obviamente, preparado para algo así, y decidieron hacer que Keanu Reeves fuera él mismo en todo momento.
Si eras un niño de los 90, tengo buenas noticias: todas esas paranoias que te habías montado sobre Matrix eran, en parte, reales, y la prueba está en las matrículas de los coches que aparecen, por ejemplo, a lo largo de Matrix Reloaded. Allí, podemos ver que la del coche del Agente Smith es «IS5416», una referencia bíblica a Isaías 54:16: «He aquí, yo he creado al herrero que sopla las brasas en el fuego y saca una herramienta para su trabajo; yo he creado al devastador para destruir». No es la única: durante la persecución en la autopista, el Cadillac de Trinity tiene como matrícula «DA203», o sea, Daniel 2:03, que viene a decir «Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por el deseo de entender el sueño». Toma ya.

Warner
Por cierto, aunque las hermanas Wachowski parecen apartadas de su propia saga tras el fracaso de Matrix Resurrections, Drew Goddard ya está preparando una nueva secuela, aunque no se sabe si será una continuación o un reboot. En todo caso, queda Matrix para rato Solo nos falta seguir al conejo blanco.