Le conocimos siendo «el niño» de ‘Farmacia de guardia’ y nos conquistó con su papel en ‘Compañeros’
Los 90 fue la época dorada de la televisión. Entre todos aquellos programas y series que llegaron a la pequeña pantalla, hubo una ficción que destaco por encima del resto. Hablamos de Farmacia de guardia, la producción de Antena 3 que es la más vista de la historia de España con una audiencia media de 6.500.000 (48,5%) en los 169 episodios emitidos. Y es que, cada jueves, entre 1991 y 1995, los espectadores se sentaban frente al televisor para seguir el día a día de la farmacia más famosa de España.
Con un amplio reparto, Farmacia de guardia giraba alrededor de la familia encabezada por Lourdes Cano, una farmacéutica separa interpretada por Concha Cuetos, y Adolfo Segura, el exmarido de esta al que daba vida Carlos Larrañaga. Sus hijos también eran importantes en la trama: Isabel (Eva Isanta), quien vivía en Canarias; Kike (Miguel Ángel Garzón), el hijo mayor del matrimonio; y Guille (Julián González), el pequeño de los Segura Cano.
El recordar la serie y sus protagonistas nos ha hecho preguntarnos qué fue del «niño de Farmacia de guardia», como se le conocía Julián González. Y es que el actor conquistó al público con sus travesuras junto a Piña y Marmota, por lo que se convirtió en una de las promesas del mundo de la actuación cuando apenas tenía 11 años.
Al año de terminar Farmacia de guardia, Julián González protagonizó Menudo es mi padre. El joven interpretó al hijo mediano del protagonista, interpretado por El Fary. Su siguiente trabajo, en 1998, le consolidó como una de las estrellas de los 90. El vallisoletano se metió en la piel de César en la icónica Compañeros durante cuatro años, de 1998 a 2002. Después del adiós participó en Compañeros, no te fallaré, que vino a ser la adaptación al cine de la serie, en la película Pobre Juventud o La última guardia, la TV movie con el que homenajearon el 20º aniversario de Farmacia de guardia.
Julián López participó en algún que otro proyecto, como la obra de teatro Las bicicletas son para el verano, pero decidió dar un giro a su vida y dedicarse a una de sus pasiones desde pequeñp. «Desde siempre yo sabía reconocer cada ciudad por los edificios. Me gustaba la arquitectura, pero las notas no me dieron para estudiar. Conocí este camino y mi carrera, aparte de la artística, fue decoración e interiorismo«, señaló a en una entrevista con Tu Reforma.
De esta forma, Julián González comenzó ha hacerse un hueco en el mundo del diseño de casas y dejó a un lado el mundo de la interpretación. Se formó en este campo, adquiriendo conocimientos y competencias que le permitirían ofrecer servicios profesionales. De hecho, tal y como informan varios medios, el joven traba en LMG reformas, una empresa destinada a la elaboración de planos y proyectos que abarcan desde reformas integrales a la decoración de viviendas de clientes con alto poder adquisitivo.
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