Este 2024 ha vuelto a la primera línea con un papel protagonista en la nueva película de un gran cineasta, pero ha explicado las razones por las que se volvió más selectivo
Los últimos años han sido un periodo realmente bueno para Josh Hartnett. El intérpete, que vio catapultada su fama con Pearl Harbor en 2001 pero que ya había comenzado a convertirse en una joven promesa de la mano de trabajos como Halloween H20 o Las vírgenes suicidas, ahora tiene 46 años y este 2024 regresaba a la primera línea de Hollywood como el protagonista principal de la última película de M. Night Shyamalan, La trampa.
En la película, que ya está disponible en ‘streaming’ en el catálogo de Max, Hartnett interpretaba a un padre que acompaña a su hija adolescente a un concierto de la cantante favorita de la joven. Un evento que la policía aprovechará para tender una trampa a un buscado asesino en serie y que no es otro que Cooper, el personaje de Hartnett, quien tratará de escapar como sea del lugar.
Además, Hartnett, que ya tiene varios proyectos de futuro en marcha, participó en un episodio de la serie de moda The Bear -uno de la tercera temporada emitido también este 2024- y en 2023 le vimos desempeñar un personaje en la imponente película Oppenheimer que ganó el Oscar a Mejor película el pasado mes de marzo. Ese mismo año, también fue parte de la exitosa serie Black Mirror y del elenco Operacion Fortune: El gran engaño, pero él mismo reconoce que venía de tener un perfil bastante más bajo, alejado de la primera línea de Hollywood durante años.
Mientras en los primeros 2000 triunfó con la ya mencionada Pearl Harbor, Black Hawk derribado, Sin City o El caso Slevin entre otras, y, en general, era una figura bastante reconocible en la industria, Hartnett se alejó de Hollywood cuando estaba en su mejor momento porque tenía otras prioridades. Tal y como él mismo contaba a Variety con motivo del estreno de La trampa, se mudo a Inglaterra con su esposa y cuatro hijos y se volvió más selectivo con sus personajes, pero nunca dejó de trabajar.
«Solía estar realmente interesado en el efecto del personaje y lo que el personaje significaba para mí, personalmente. Cuando tenía opciones cuando era más joven, quería encontrar un tipo específico de personaje», contaba a Variety sobre su transición. «Y luego, cuando me iba haciendo mayor, me di cuenta de que, en realidad, quiero elegir cosas que estén muy fuera de mi entendimiento. Tampoco me importa tanto el personaje como la gente con la que trabajo. Si se trata de gente estupenda, entonces es mi trabajo descubrir cómo es el personaje».
Además de eso, Harnett explicaba que una de sus grandes pasiones son las películas independientes, aunque eso no hace que no quiera estar en proyecto de más alto perfil, y que definitivamente la cercanía a su familia también ha jugado un importante papel en estos años. Uno de sus trabajos más reconocidos en la pasada década fue, no obstante, Penny Dreadful, que protagonizó durante tres temporadas, pero no se arrepiente de haberlo hecho: «Probablemente dudaría en volver a hacer una serie completa de varios años a menos que sea realmente muy buena y tenga que poder evolucionar».
Aquella serie fue uno de sus últimos trabajos notables hasta el comienzo de la nueva década, en la que se habla de renacimiento, sí, pero en realidad Hartnett siempre estuvo ahí.