Sucede una y otra vez que las películas están fuertemente inspiradas en otras películas, pero rara vez termina en los tribunales. Con ‘MS1: Máxima seguridad’ pasó algo diferente
En MS1: Máxima seguridad, un delincuente interpretado por Guy Pearce tiene otra oportunidad en un futuro lejano. Cuando la hija del presidente de Estados Unidos (Maggie Grace) cae en manos de los presos en una prisión futurista en el espacio, el protagonista recibe la misión de liberarla. Parece un argumento bastante original, pero si eres un acérrimo seguidor del género es probable que estés pensando en otra película bastante parecida.
Suena sospechosamente familiar a 1997: Rescate en Nueva York, de John Carpenter. Entre una cinta y otra han pasado casi 30 años, pero no es tiempo suficiente para olvidarse del clásico de los 80. Aunque las similitudes suelen ser el día a día de las producciones de Hollywood, este caso se llevó a los tribunales y terminó en una multa. ¿Conocías el caso John Carpenter vs. Luc Besson?
El medio millón que Luc Besson se podría haber ahorrado
Aunque MS1: Máxima seguridad está dirigida por Stephen Saint Leger y James Mather, Luc Besson estuvo muy presente en el desarrollo de la producción. Como productor, no solo aportó su visión en algunas decisiones, también se inventó la historia, tal y como recogen los créditos de la cinta. Pero John Carpenter opinó que la trama se parecía demasiado a la de 1997: Rescate en Nueva York y su secuela, 2013: Rescate en Los Ángeles, y decidió demandar a Besson.
En 2015, un tribunal francés decidió que el plagio existía y determinó que el francés tenía que pagar 80.000€, un dinero que iría a parar a Carpenter, el guionista Nick Castle y la compañía propietaria de los derechos. «El tribunal notó muchas similitudes entre las dos películas de ciencia ficción: ambas presentaban a un héroe atlético, rebelde y cínico condenado a un período de encarcelamiento aislado —a pesar de su pasado heroico— al que se le hace la oferta de emprender la liberación del Presidente de la República», determina un extracto del fallo según recoge IndieWire. El tribunal señaló que los elementos que dieron a Rescate en Nueva York esa «particular apariencia y originalidad» habían sido reproducidos en la cinta de 2012.
Como imaginarás, el resultado del juicio no gustó nada al director de El quinto elemento y tiró de equipo legal para argumentar que él no había necesitado copiar ninguna historia. En su cabeza sonaba espectacular, pero en la realidad fue una malísima idea. El nuevo tribunal no solo encontró que «los elementos centrales fueron copiados masivamente», sino que opinó que el castigo de la primera instancia había sido demasiado bajo y lo multiplicó por cinco. Besson tuvo que pagar 465.000€ a su compañero de gremio. Una suma bastante más alta pero, aún así, muy por debajo de los 2 millones que pedía Carpenter.
Y encima no tuvo un buen recibimiento
Todo este asunto del plagio se podría haber quedado en una anécdota para Besson si la película hubiera arrasado, pero no fue el caso. MS1: Máxima seguridad no fue bien acogida ni por el público ni por la crítica. Es una acción entretenida con una buena actuación de Guy Pearce, pero desde luego no se puede comparar con la cinta de Carpenter. Mientras la película de 1981 respiraba frescura, la de 2012 termina siendo un mejunje de elementos del género sin que destaque en nada en especial.