Imagínatelo con barba y cabreado. ¿A que ahora sí?
Puede que si te digo «Waka-Waka» en lo primero que pienses sea en Shakira cantando después «Porque esto es África», pero lo cierto es que, mucho antes del mundial de 2010, esas palabras significaron todo para un director Joaquin Densalat, que consiguió dirigir, según prometía el póster, «La aventura más alocada y divertida que Vd. pudo nunca imaginar». Su nombre era Waka-Waka y, definitivamente, no pasó a la historia del cine. Bueno, excepto para una persona que años después se erigiría como uno de los actores más respetados de nuestro país: José Coronado.
De abogado a actor
Hay que decir a Coronado no le urgía encontrar un trabajo: venía de una familia bien posicionada madrileña, y en su estancia en la universidad probó tanto a ser doctor (hizo cuatro años) como a ser abogado (otros dos). ¿El resultado? Se convirtió en un maestro de mus, y acabó consiguiendo, de rebote, un papel en un anuncio de whisky por el que le daban una suma más que importante. Fue entonces cuando decidió que quería ser actor.
Así, a sus 30 años y después de ir dando tumbos por obras de teatro, agencias de modelos (él mismo montó una) y dar clases en la mítica escuela de Cristina Rota, volvió a nuestro país para aparecer en Waka-Waka, la película en cuestión, de 1987 y en la que cuatro chicos, dos chicas y un mono se enfrentan a todo tipo de enemigos. Su director se la pegó de manera tan fuerte que nunca volvió a acercarse a una cámara y la cinta ahora es prácticamente inencontrable.

Lauren
Sin embargo, Coronado sí consiguió dar en el clavo con su segundo papel, a las órdenes de Antonio Mercero: El tesoro se basaba en una obra de Miguel Delibes y, aunque no gustó a todo el mundo, sí fue suficiente para llevarle a encadenar papeles, uno tras otro, hasta que acabó haciéndose conocido gracias a Hermanos de leche y Periodistas, ya en televisión. El resto es historia: ¿Acaso hay alguien en España que no conozca a José Coronado?