Vi ‘Babygirl’ con mi mamá, esta es la reseña de mi mamá: El temblor fue de 3.7 grados. El epicentro fue en Chilca.
La proyección comenzó alrededor de las 8 p. m. El temblor fue a las 9:05 p. m.
Si quieren hagan sus cálculos sobre qué momento de la película nos puso a hablar más del temblor a mi mamá, a mí y al chico al costado de nosotras.
A lo que voy con este preludio es que sí, todo lo que leyeron sobre ‘Baby Girl’ es cierto. Es sexual, subversiva, intensa, provocadora. Al punto en que pone a tres generaciones diferentes en el cine – humildes mortales – a hablar sobre otra cosa, excepto la cinta por el roche (vergüenza, para los que no son de Perú). Pero no llega a pasar la barra de ser nopor, y en realidad tampoco se acerca mucho.
Dirigida por una mujer, Halina Reijn, nos muestra una historia que más se enfoca en temas de poder y la dinámica emocional, que en lo erótico. Si vinieron por el sexo (que debió haber tenido más, como dicen algunos: “Halina no arriesgó, debió haber mostrado más”), mejor les recomiendo ‘Saló’ (1975) para suplir sus depravadas necesidades (bromita); ese no fue el punto de ‘Babygirl’.
Romy Mathis (Nicole Kidman) es una exitosa CEO de una empresa equis casada con Jacob (Antonio Banderas), un director de teatro que le da “cosas”, como diría el Dr. Chapatín, experimentar o cumplir los deseos sexuales de su esposa. Y, ¡oh!, coincidencias de la vida – por eso aquí comienza la pela – justo un día viene un grupo de internos a la empresa de Romy, entre ellos Samuel (Harris Dickinson), y pues los dos atracan, tiran, hacen “cositas”.
Suena simple, pero Halina en ‘Babygirl’ va más allá de la típica historia “jefe se tira al interno”. Se observa más diferentes aspectos de la sexualidad femenina, y las complejidades del deseo y la intimidad. A pesar de todo el sexo, es un drama psicológico. Y la relación entre Romy y Samuel reta las dinámicas de poder tradicional. A pesar de la posición autoritaria de Romy, ella cae bajo la asertividad de Samuel.
Actuaciones. Lo mismo de siempre, Nicole Kidman lo hizo genial como siempre, no hay nada novedoso en mi opinión, pero ella es una de las mejores actrices de Hollywood, así que no se esperaba menos.
La actuación de Harris Dickinson, voy a ser honesta, me dio risa. ¡NO porque sea mal actor!, pero, dato curioso: para los que han visto ‘The I.T. Crowd’, si uno cierra los ojos pareciera que Richmond te está diciendo que te pongas de rodillas y comas de la palma de su mano. Tienen la misma tonalidad de voz. Fuera de eso, Harris tiene calibre y la química junto con Kidman hizo todo más creíble, tan creíble que me puso a hablar de temblores con mi progenitora.
Por una parte, ‘Babygirl’ muestra bien aspectos que aún, creo yo, no han sido retratados sobre la sexualidad femenina, más allá de la típica casual toma de una chica masturbándose y que eso cuente como que “hemos tocado el tema”. Sin embargo, igual sentí que algo faltaba. Así como ustedes sintieron que le faltaba más sexo, yo también sentí que le faltaba más llegar al punto emocional que se quería tocar.
A pesar de todo, es una buena película. Permite reflexionar sobre las necesidades no solo sexuales, sino también las diferentes necesidades emocionales, las dinámicas de género, y la vulnerabilidad que va de la mano con el poder.
3.5/5 Sígueme en Letterboxd.
Mención especial las canciones techno del antro (Rave):