El director Oriol Paulo regresa a Netflix con La última noche en Tremor, su último trabajo después de Los reglones torcidos de Dios y la serie El inocente. Este nuevo thriller psicológico supone la adaptación de la novela de Mikel Santiago, La última noche en Tremore Beach, cuya historia se desarrolla en Irlanda y no en Asturias, como vemos en la ficción que acaba de ser estrenada. La serie protagonizada por Javier Rey y Ana Polvorosa fue estrenada hace cuatro días, concretamente el viernes 25 de octubre, y ya se ha posicionado en lo más alto de la lista de las diez ficciones más vistas de la plataforma.
La última noche en Tremor es un thriller que consigue atraparte, que te retuerce por dentro y no te suelta durante la hora y veinte minutos que duran sus episodios. Pero si hay un capítulo capaz de hacer que desvíes la mirada de la pantalla, ese es el episodio 4, centrado en el difícil y complejo pasado de Judy, el personaje interpretado por Polvorosa.
Si has visto la serie, sabrás que Judy no ha llegado a Tremor por casualidad, sino para refugiarse y olvidarse de un complicado suceso que tuvo lugar años antes durante su vida en Francia. Judy acudió a una fiesta con su mejor amiga y fue violada por un grupo de cinco hombres, quienes creyeron que la habían matado y la dejaron en un sótano a su suerte. Afortunadamente, Judy consigue escapar por una ventana del sótano y pide ayuda, ganando un juicio contra sus agresores e intentando empezar una nueva vida en Tremor, gracias a una mujer que decide darle cobijo y apostar por ella.
Por supuesto, esta es la versión corta de la historia, la versión resulta de lo más complicado olvidarla una vez has visto el episodio. A la hora de introducir esta situación en la serie, Paulo explica a SensaCine que tuvo tres opciones: «Quitarle el trauma al personaje de Judy, cosa que era censurarnos y no queríamos; pasar por encima, que nos parecía ser muy cobardes; o entrar y contar y darle la carga social que tiene».
Intentar contarlo desde el dolor: el dolor en el momento en el que sucede, el dolor de cuando lo tienes que contar y te sientes culpable; y, luego, el dolor que te queda una vez las heridas te han transformado porque nunca llegan a sanar
Una vez el equipo hubo decidido seguir adelante con la secuencia, Paulo se apoyó completamente en la guionista Lara Sendim y en Polvorosa, quien «se abanderó por completo del episodio». «Ana ha podido opinar de todo», continúa. «De hecho, yo le regalé el monólogo del personaje y le dije: ‘Te voy a dejar que lo cuentes a tu manera’. Todo el texto se lo hizo ella misma. Todo el equipo se puso a su servicio para entender cómo Ana quería contarlo. Se ha hecho con mucho respeto y con un equipo completamente femenino en el set de rodaje».
«Tenía una necesidad muy viva de expresar lo que le sucedía al personaje»
Si ver el episodio es duro, no nos imaginamos cómo debió sentirse la actriz al introducirse tan de lleno en esta historia. Durante su encuentro con SensaCine, Polvorosa nos explicó la necesidad que sentía de contar todo por lo que había pasado Judy, siendo muy consciente de que «pocas veces te llegan historias tan duras». La actriz nos explica que se sentía en el momento vital perfecto para entregarse a una historia de tal magnitud, «cuando se trata de este tipo de temas que son bastante controvertidos, también tienes que encontrarte o situarte en un lugar en el que tengas esa fortaleza contigo mismo. En este caso, yo sentía que estaba que estaba en un momento bueno para algo así».
La dirección de Oriol fue primordial; el arrope del equipo, también; pero, sobre todo, una de las figuras fundamentales en todo este proceso ha sido Mónica Portillo, que fue nuestra ‘coach’ y nos estuvo acompañando. Es verdad que Oriol me dio la oportunidad de grabar y de reescribir el monólogo de Judy, eso me fue muy bien porque también entendí muchas cosas después de expresarlo, contarlo y hacerlo
«Al verlo también terminan encajando muchas cosas. Es un proceso muy complejo y muy duro. Pasará el tiempo, se estrenará la serie, volveré a verlo y seguiré entiendo cosas que todavía no he terminado de encajar«, nos explica, justo antes de que Javier Rey nos cuente lo difícil que fue para él escuchar la historia de los labios de la propia Polvorosa «a 30 centímetros de distancia»: «Lo que vivimos solo lo sabemos los que estábamos en Barcelona en ese momento. Yo vi un espectáculo descomunal que nadie va a ver, porque está troceado en la serie».
Willy Toledo y Pilar Castro son dos de los nombres que completan el reparto de La última noche en Tremor. En la misma entrevista, Toledo nos explicó que el episodio 4 es el que menos le gustó de la serie, pues fue el que más le hizo sufrir: «Creo que es una serie que te hace reflexionar. Te das cuenta de lo creativo y original que ha sido Oriol al contar el trauma de estos personajes y cómo los lleva hacia la sanación pasando por un verdadero infierno«.
Por su parte, Castro no duda a la hora de destacar que Polvorosa es «con total sinceridad, una pedazo de actriz». Además de ser polémico, la actriz opina que es necesario mostrar esta realidad: «Es un episodio muy difícil y muy comprometido. Ella lo sostiene muy bien, le da una verdad impoluta». Si todavía te quedan dudas, no olvide que la primera temporada de La última noche en Tremor ya está disponible al completo en Netflix.