Keira Knightley, Clive Owen y Mads Mikkelsen, entre otros, protagonizan este drama histórico
250 trabajadores estuvieron trabajando durante cuatro meses y medio en un campo del condado de Kildare (Irlanda) para construir un muro de un kilómetro de largo. Un trabajo titánico que terminó siendo el set de rodaje más grande jamás construido en Irlanda y del que salió la película El rey Arturo (2004). Se puede percibir que había una gran ambición en la producción, pero, lamentablemente, los esfuerzos no se transformaron en una buena acogida.
El mítico productor Jerry Bruckheimer estaba detrás de este proyecto que también contó con Antoine Fuqua como director. Tenía un buen punto de partida, ya que el guion estaba escrito por David Franzoni, el mismo que se encargó del borrador original de Gladiator. Y además se encargaron de que todo tuviera base histórica, para lo que contaron con varios consultores. Todo iba por buen camino.
Cuando llegó el momento de montar los escenarios, se vinieron arriba. El Muro de Adriano tomó forma en Irlanda, erigiéndose gracias al trabajo de 250 personas que hicieron posible lo imposible. «El muro tenía que ser real. Tenía una escena de batalla al final y quería que la gente luchara en los muros», cuenta Fuqua en el ‘Cómo se hizo’ de la película. «Este enorme muro, que es el Muro de Adriano, fue construido para mantener fuera a los bárbaros merodeadores. Si no estarían colándose hacia el sur. Se extiende a lo largo de esta lengua de tierra, separando la parte norte de la isla».
El equipo quería que esa inmensidad se tradujera en la gran pantalla. Bruckheimer revela que incluso tomaron las medidas reales que utilizaron para construirlo hace siglos. «Era el set principal del rodaje, así que era una construcción muy grande», dice el diseñador de producción Dan Well, «Cuando construyes un set así de grande te enfrentas a muchos problemas».
A pesar de que las intenciones eran buenas, el director salió cabreado de la experiencia. «¿Pude hacer la película que quise? No y no», declaró Fuqua en una entrevista con Variety.
Empecé haciendo la película que quería, pero eso fue antes de que ellos [Disney] comenzaran a vigilarme. Dijeron: ‘Intenta no mostrar mucha sangre’. Si estás de acuerdo en hacer una película realista, oscura y cruda, entonces todo debería ser así. Se basa en los Años oscuros, cuando la gente era desconsiderada y decidía sangrar por todas partes».
Una película aburrida y genérica, pero con su público
Este malentendido entre el director y el estudio se notó en el resultado final. La cinta se realizó con 120 millones de dólares y tuvo una recaudación mundial de 203 millones de dólares. ¿Es mucho? ¿Es poco? Para los grandes ejecutivos es una cifra bastante baja. Al fin y al cabo, no construyeron todo el Muro de Adriano en vano.
En cuanto a la crítica, no le fue mucho mejor. En webs de valoraciones como Metacritic o Rotten Tomatoes El rey Arturo tiene menos del 50%. Para muchos, es una película de acción genérica que no tiene nada de magia. «Su revisionismo histórico no tiene nada que ver con descubrimientos arqueológicos y sí con el hecho de que nadie en Disney daría luz verde a un antiguo triángulo amoroso con un héroe que muere y una heroína adúltera que termina en un convento«, escribe David Edelstein para Slate.
A pesar de la mala acogida, El rey Arturo tiene su público entre aquellos que no le piden más a una película que algo de entretenimiento y algunas buenas escenas de lucha. Está disponible en Disney+.