No hay semana en la que China no nos asombre con una nueva megaconstrucción. El país está inmerso en proyectos como la Gran Muralla Verde para encerrar uno de los desiertos más grandes del mundo, el aeropuerto más grande sobre una isla artificial o una presa a 5.000 metros de altitud. Lo último es, precisamente, otra presa para generar una enorme cantidad de energía.
Y su ambición es poner en jaque a la de las Tres Gargantas, produciendo tres veces más energía que esa colosal estructura de más de dos kilómetros de largo.
Camino verde. Esta nueva megaestructura china no es un capricho, como sí pueden parecer otro tipo de obras. En 2020, el país se marcó el objetivo de convertirse en un país neutral en carbono de cara a 2060, algo en lo que metieron la directa hace años con enormes granjas solares y eólicas. Ahora, China es un referente mundial en renovables, con una planta con una superficie superior a la de Manhattan e innovaciones como los enormes aerogeneradores marinos y terrestres (tanto que están alterando el microclima local).
Ambición faraónica. El nuevo proyecto no se quedará atrás. Como leemos en South China Morning Post, el país acaba de aprobar la construcción de un nuevo proyecto hidroeléctrico que, al menos en este primer informe, producirá tres veces más energía que la presa de las Tres Gargantas. Se estima que la inversión total superará los 130.000 millones de euros, convirtiéndose en la infraestructura más grande del planeta y dejando en nada a la colosal The Line de Arabia Saudí.
Y también se espera que la nueva presa genere casi 300.000 millones de kWh de electricidad anual. La presa de las Tres Gargantas, que actualmente es la que tiene más capacidad del mundo «sólo» produce 88.200 millones de kWh anuales. Será suficiente para, según los informes, cubrir las necesidades anuales de más de 300 millones de personas.
Retos. Son cifras impactantes y hasta difíciles de comprender, pero el camino hasta que la nueva megapresa china se haga realidad no será sencillo. Lo primero es porque, aunque no se sabe con exactitud dónde estará. Puede que se ubique en el área del río Yarlung Tsangpo, una de las más ricas en recursos hidroeléctricos del mundo, que se encuentra en el Tíbet y presenta importantes desafíos de ingeniería.
El motivo es que la zona es un cañón -también, el más profundo de la Tierra- que tiene una diferencia vertical de más de 7.600 metros. Ese cañón llega a India y el río se mezcla con el Brahmaputra, y la idea es la de perforar entre cuatro y seis túneles de 20 kilómetros de longitud a través de la montaña Namcha Barwa para desviar la mitad del caudal del río a unos 2.000 metros cúbicos por segundo.
Clave. Otro problema es que sí, la zona es ideal para un proyecto de esta envergadura, pero la zona es un límite de placas tectónicas en las que no sería raro que se diera un terremoto, algo que ya despertó las dudas de los expertos cuando se empezó a hablar del proyecto hace unos años. Pese a todo, que China haya aprobado el proyecto implica que empezaremos a conocer detalles concretos del mismo en un futuro.
En el informe, como afirma la agencia estatal Xinhua, se detalla que «representa un movimiento importante en la transición energética verde en China. También es de gran importancia para alcanzar la estrategia del país para alcanzar la neutralidad de carbono y enfrentarse al cambio climático globa».
En Xinhua también se afirma que este gran proyecto hidroeléctrico priorizará la protección ecológica y sólo queda esperar para que se den detalles exactos como los tiempos de construcción y la ubicación. Eso sí, teniendo en cuenta la magnitud del proyecto, es algo que va para largo.
Imagen | Le Grand Portage
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