Guardar una copia de seguridad de nuestra vida es una gran idea. Es algo que podemos hacer con fotos y documentos para saber que están a buen recaudo (y accesibles), si llega a ocurrir una desgracia. Con la historia de la humanidad ocurre lo mismo. Estos últimos años, decenas de museos y bibliotecas se han dedicado a digitalizar sus archivos y compartirlos de forma gratuita. Con la llegada de la COVID-19 y el cierre de museos, muchos se lanzaron a crear visitas virtuales por sus salas y el acceso al arte es algo que es más fácil que nunca.
La Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de México no ha querido quedarse atrás y ya tiene listo su archivo fotográfico digital en una enorme base de datos que podemos visitar cuando queramos.
La biblioteca. La BNAH mexicana es inabarcable. En la actualidad, cuenta con un conjunto de bienes culturales conformado por más de 500.000 ejemplares que se encuentra, además, en constante desarrollo. Se puede encontrar una hemeroteca histórica, una fototeca, una mapoteca, un archivo sonoro con grabaciones que van desde sonidos musicales de la cultura popular hasta grabaciones de testimonios orales. También custodia unos 200 de los 550 códices mesoamericanos que se conocen en el mundo y es algo que se puede visitar.
El proyecto. Sin embargo, para muchos es posible que Ciudad de México, donde se ubica el edificio, quede algo lejos. Es por eso que, en 2021, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México constituyó el Laboratorio de Investigación Especializada en Protección del Patrimonio Documental y Bibliográfico, un nombre kilométrico para un departamento con una función muy específica: digitalizar esos archivos y compartirlos con el mundo.
Para ello, y con una dotación de unos seis millones de pesos —unos 300.000 euros al cambio—, se adquirieron escáneres de gran formato y resolución, cámaras Full Frame (con añadidos como filtros, trípodes y lentes), focos para poder hacer las fotografías con la máxima calidad y una unidad central de almacenamiento de gran capacidad. Este sistema está equipado con unidades de expansión y un software de gestión de imágenes.
Acervo cultural. A través de este enlace, podemos acceder al archivo digitalizado. Se pueden encontrar fotografías escaneadas que muestran cómo se fueron descubriendo estructuras como las de Yucatán, Teotihuacán, pueblos mexicanos, momentos como la inauguración de edificios relevantes, fotos cotidianas, compendios de herramientas prehispánicas, mapas, códices o documentos oficiales.
Protegiendo el pasado. Este equipo está a disposición del archivo que quiera utilizarlo y, hasta la fecha, se han digitalizado más de 100.000 bienes culturales. Más allá de poder compartir con el mundo los objetos y documentos de los diferentes archivos, el objetivo es la preservación. Yosajandi Huerta Avendaño es la profesional de la Fototeca de la BNAH y comentó que esta digitalización contribuye a preservar piezas deterioradas por el paso del tiempo o cuya manipulación representa un riesgo biológico.
Un ejemplo son los daguerrotipos que se conservan, que podrían emitir haluro de plata o dañarse por el contacto. Y es algo aplicable a cualquier otro tipo de archivo que esté digitalizado, ya que así se reduce la manipulación si alguien quiere estudiar su contenido sin necesidad de tener el original fuera de su ambiente protegido.
De cualquier manera, la función es doble, ya que a la vez de preservarse nos permite conocer esa riqueza cultural de la Biblioteca aunque estemos a miles de kilómetros de distancia.
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