Si existía alguna duda sobre la amplitud de la alianza entre Corea del Norte y Rusia, esta semana se han despejado para siempre. Primero llegó un cargamento de lo más exótico a los puertos de Pyongyang, una fauna animal en forma de obsequio. Casi al mismo tiempo, pero en sentido inverso a la ruta, llegaba a Rusia un cargamento armamentístico. Finalmente, unas imágenes por satélite han revelado el mayor de los tesoros. Un botín con el bien más “preciado” saltándose todas las sanciones: petróleo.
Tigres y osos. Rusia ha transferido más de 70 animales al zoológico central de Pyongyang esta semana, incluyendo un león africano, dos osos pardos, cinco cacatúas blancas y 45 faisanes, todo ello como un «regalo del pueblo ruso al pueblo coreano». Este gesto, encabezado por el ministro ruso de Recursos Naturales, Alexander Kozlov, subrayaba los crecientes lazos entre Rusia y Corea del Norte en medio de la guerra en Ucrania.
Según Kozlov, los animales han jugado tradicionalmente un papel especial en las relaciones entre estados, sirviendo como signos de apoyo, bondad y cuidado. La entrega fue acompañada por veterinarios del zoológico de Moscú, y las imágenes difundidas mostraban a los animales en jaulas durante su transporte y a las autoridades locales recibiendo el «regalo».
“Obsequio” de vuelta. Qué duda cabe, el gesto ruso es uno más en el contexto de una estrecha colaboración entre ambos países, quienes firmaron en junio un pacto de defensa mutua. Este acuerdo obliga a Rusia y Corea del Norte a ayudarse mutuamente en caso de ser atacados, y eso es precisamente lo que he hecho Corea con su colega ruso.
¿Cómo? Al día siguiente de conocerse el envío de animales, se ha sabido que corea envió a Rusia potentes piezas de artillería, incluidos obuses autopropulsados Koksan de 170 mm y sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes de 240 mm. Dichas armas, consideradas las más poderosas del arsenal norcoreano, complementan los aparentemente miles de soldados norcoreanos desplegados en el frente ruso.
Una artillería clave. Los sistemas Koksan tienen un alcance operativo de hasta 60 km y una alta capacidad de disparo, lo que los hace ideales para ataques rápidos y estratégicos. Aunque basados en tecnología soviética algo antigua, los expertos indican que las armas norcoreanas son fiables y fáciles de mantener. Un envío que subraya, una vez más, la importancia de la artillería en una guerra dominada por bombardeos incesantes donde ambos bandos dependen de sus sistemas para causar daño significativo al enemigo.
Además, el movimiento enfatiza, al menos en parte, la luz verde dada por Biden a la que han seguido el resto de los aliados con los misiles a Ucrania. De fondo, un temor: la llegada de sistemas norcoreanos amplía la capacidad de Rusia para mantener su campaña de bombardeos, lo que preocupa a Kyiv, que no ha cesado de recordar las carencias de municiones provenientes de Occidente. Además, la transferencia de armamento desde Pyongyang intensifica las tensiones globales, ya que plantea dudas sobre la posibilidad de futuros intercambios tecnológicos o militares entre Rusia y Corea del Norte.
La madre de todos los “obsequios”. Finalmente, una exclusiva de la BBC hace unas horas ha revelado hasta dónde llegan esas relaciones en Rusia y Corea del Norte. A través de imágenes por satélite y un análisis del Open Source Centre se ha sabido que Rusia ha enviado más de un millón de barriles de petróleo a Corea del Norte desde marzo de 2024.
Como sugiere el medio, este suministro debería ser el pago por las armas y tropas que Pyongyang ha proporcionado a Moscú para la guerra en Ucrania, pero también e igualmente importante, supone una violación de las sanciones de la ONU que limitan las importaciones de petróleo de Corea del Norte a 500.000 barriles anuales.
Transferencias encubiertas. Al parecer, las imágenes han revelado hasta 43 viajes de tanqueros norcoreanos al puerto de Vostochny en Rusia, donde los barcos llegaban vacíos y partían cargados al 90% de su capacidad. Estas transferencias, realizadas sin activar los rastreadores de los barcos, permitieron a Corea del Norte recibir petróleo de mejor calidad y de forma directa, evitando los métodos ilícitos que conllevan más riesgos y costes utilizados anteriormente.
Pero hay más. El suministro debería garantizar a Corea del Norte la estabilidad energética necesaria para mantener su maquinaria militar, incluyendo fábricas de municiones y transporte de misiles. A cambio y como hemos visto, Pyongyang ha enviado a Rusia miles de contenedores de artillería y cohetes, así como tropas para combatir posiblemente en la región rusa de Kursk. Una alianza que fortalece la capacidad bélica de ambos países, desafiando las restricciones internacionales.
Desafío a las sanciones. Contaba el medio británico que Rusia no solo ha ignorado las sanciones, sino que en marzo de 2024 utilizó su veto en el Consejo de Seguridad para desmantelar el panel de seguimiento de la ONU. Así se entiende que más de la mitad de los barcos involucrados en estas transferencias estaban sancionados, lo que debería haber impedido su acceso a puertos rusos. Una acción que muestra un «nuevo nivel de desprecio» por las reglas internacionales, según Eric Penton-Voak, exlíder del panel de la ONU.
En definitiva, ya se sabía que Rusia y Corea del Norte colaboraban, pero todos estos “obsequios” y regalos ofrecen una amplitud de hasta donde llegan los lazos entre ambas naciones. Una alianza inquietante para occidente con una idea de fondo que ya ha dejado entrever Corea del Sur. Sus “vecinos” podrían buscar detrás de todas estas ayudas en la guerra una mejora sustancial de su tecnología armamentística.
Imagen | Kremlin
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