Polaris Dawn marca un antes y un después para el turismo espacial. La última misión de SpaceX, financiada por el empresario estadounidense Jared Isaacman, ha completado varios hitos que hasta ahora solo estaban al alcance de grandes agencias espaciales, y no de una empresa privada con un cliente millonario empeñado en llegar más lejos.
Durante los dos primeros días de la misión Polaris Dawn, la nave Crew Dragon ‘Resilience’ de SpaceX alcanzó una altura que ningún vuelo tripulado había alcanzado desde las misiones Apolo a la Luna, hace más de medio siglo. Pero eso solo fue un aperitivo para lo que vino después.
Durante el tercer día de vuelo —concretamente, a las 10:52 UTC del 12 de septiembre—, Jared Isaacman se convirtió en la primera persona en asomarse al espacio exterior durante una caminata espacial operada por una empresa privada. Sarah Gillis, ingeniera de SpaceX, fue la segunda y última en salir, pero los cuatro tripulantes de Polaris Dawn formaron parte de la actividad porque la nave debía despresurizarse al completo.
Lo consiguieron cuando la Dragon sobrevolaba Australia a 732 km, una altura superior a la de todos los paseos espaciales que se han hecho a lo largo de la historia en la órbita terrestre. Desde el primero de todos, el de Aleksei Leonov en la nave soviética Vostok, hasta el último de la Estación Espacial China, que orbita la Tierra a 425 km de altitud.
Isaacman y Gillis pasaron apenas ocho minutos subidos a la escalera que los separaba del vacío, pero su escalada retransmitida en directo ha sido un éxito sin precedentes para la industria aeroespacial privada. Y un evento transformador de lo que entendemos por turismo espacial.
Polaris Dawn ha supuesto dos años de frenético desarrollo para SpaceX, con la mayor parte de los recursos dedicada a sus nuevos trajes EVA. La pequeña Crew Dragon no tiene esclusa de aire, así que hacían falta trajes espaciales presurizados para todos los tripulantes, incluidos los dos que no se asomaron por la escotilla.
Los trajes han funcionado como estaba previsto, y SpaceX ha aprovechado la prueba para recoger todo tipo de datos con los que seguir iterando sobre su diseño. Isaacman y Gillis hicieron todo tipo de movimientos durante su breve paseo espacial para poner a prueba las articulaciones del traje.
Los cuatro tripulantes de Polaris Dawn estaban conectados a la nave por umbilicales que controlaban la temperatura y les proporcionaban oxígeno puro para respirar. Habían pasado un par de días aclimatándose a presiones tan bajas como las de la cumbre del Everest antes de que SpaceX enviara el comando para despresurizar del todo la cabina.
Todo estaba milimétricamente ensayado. SpaceX entrenó a los cuatro como entrena a los astronautas de la NASA o la ESA que van a volar a la Estación Espacial Internacional en una nave Dragon. De hecho, este era el trabajo de Sarah Gillis en SpaceX antes de participar de una misión. Así fue como conoció a Isaacman durante la misión Inspiration4.
Hacen pruebas, decenas de experimentos, arriesgan su vida con algo que ninguna empresa privada había hecho nunca. ¿Se pueden considerar entonces turistas espaciales los tripulantes de Polaris Dawn? La realidad es que la misión está financiada por Jared Isaacman, y que es el propio empresario quien ha comandado la nave y salido en primer lugar por la escotilla.
De lo que no cabe duda es que Polaris Dawn sienta las bases de lo que está por venir en la órbita baja terrestre bajo el amparo de Estados Unidos. Lo ha dicho el propio Bill Nelson, administrador de la NASA: «el éxito de hoy representa un gran paso adelante para la industria espacial comercial y el objetivo a largo plazo de la NASA de construir una vibrante economía espacial estadounidense».
El turismo y las actividades comerciales son el futuro de la órbita baja terrestre. A la Estación Espacial Internacional le quedan cinco años, y la NASA quiere ceder ese espacio a estaciones espaciales privadas que ya están construyendo empresas en todo el mundo. Empresas con fines de lucro que ofrecerán sus laboratorios en microgravedad a farmacéuticas, industrias y, claro, turistas.
Los millonarios seguirán llegando adonde solo habían llegado las agencias espaciales mientras la NASA, China y sus socios se dedican a colonizar la Luna como paso previo a Marte. Ese es el plan, y hoy hemos podido ver un adelanto con la imagen de Jared Isaacman asomado por una escalera volando a más de 700 km de altitud sobre la Tierra.
Imágenes | SpaceX, Polaris Dawn
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