En los últimos años se ha debatido mucho sobre cómo articular la redistribución de la riqueza entre el segmento más rico de la población y el que menos recursos tiene. Este debate se ha intensificado en los dos últimos años ante el alarmante incremento de la concentración de riqueza entre el 1% de la población más rica y el resto.
Un grupo de investigadores de las Universidades de Stanford, Harvard, Universidad Eötvös Loránd (Hungria) y la Universidad de Economía y Negocios de Viena, han llevado a cabo cuatro estudios en los que han descubierto que las personas tendemos a errar a la baja en la cifra de ingresos que creemos que recibe el percentil más rico de la población.
Qué descubrieron los investigadores. Los investigadores realizaron varios experimentos en los que se buscaba definir la percepción de la riqueza del 1% más rico de la población por parte del resto. Para ello, se pidió a 990 residentes aleatorios de EEUU que estimaran los umbrales de ingresos anuales del hogar de varios percentiles de ingresos estadounidenses.
El resultado es que se subestimó el umbral de ingresos del 1% más rico de la población, al tiempo que, a medida que se iba bajando en la escala de percentiles, se iba mejorando la precisión en la estimación de ingresos. Es decir, los participantes sabían con bastante exactitud lo que ingresaban los hogares de los percentiles medio y bajo, pero a medida que iban ascendiendo, el margen de error se iba incrementando, llegando a ser muy notable el de los más ricos.
Y siguieron investigando. Los autores del estudio no se conformaron con los resultados un solo experimento, sino que pusieron en marcha varios escenarios con el fin de contrastar los resultados para ver si mostraban discrepancias entre ellos.
Los resultados apuntaban en la misma dirección en todos los estudios: los participantes subestimaron el ingreso medio del 20% superior que correspondía a la población más rica, pero no el del quintil inferior de la población más pobre. Es decir, conocían lo que ingresaban los hogares con rentas más bajas, pero erraban sistemáticamente el cálculo en los de las rentas más altas.
A partir de una cantidad, solo se es rico. Las conclusiones de este estudio aseguran que la subestimación en los ingresos del percentil más alto de la distribución de ingresos podría ser causada en parte por un sesgo cognitivo conocido como insensibilidad al alcance o negligencia de alcance.
Este sesgo afecta a la capacidad representativa de unas determinadas cantidades. Se asimila perfectamente lo que supone recibir una cifra con la que los participantes están familiarizados (1.000, 10.000, 100.000 euros), pero se distorsionan aquellas con las que no lo están (100.000 millones de euros), pasando a una categoría abstracta e indeterminada de «rico». Por poner un ejemplo, un multimillonario que gana un millón de euros, no percibe esa ganancia de la misma forma que lo haría una persona que habitualmente gana 25.000 euros al año y, de repente, gana un millón de euros.
¿Por qué es importante este descubrimiento? La percepción errónea de la desigualdad de ingresos supone un importante obstáculo en el desarrollo de políticas de redistribución de la riqueza, agravando la brecha de riqueza y, con ella, la desigualdad social de los países.
El descubrimiento de estos investigadores demuestra que las personas tienden a subestimar cuánto gana el 1% de la población de ultrarricos, lo que hace que también se subestimen los niveles reales de desigualdad entre las personas con menos recursos y los millonarios.
Dado que el aumento de la desigualdad se debe, en gran medida, a la concentración de riqueza entre el 1% más rico, esta subestimación provoca a que se no se apoyen medidas de redistribución de riqueza, por lo que un milmillonario pagaría los mismos impuestos que el empleado de un supermercado, o que una multinacional pague lo mismo que una frutería de barrio.
Imagen | Unsplash (Alexander Grey)
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