A falta de menos de una semana para que dé inicio el Salón del Automóvil de París, Carlos Tavares ha concedido una entrevista a Challenges, medio francés, en el que ha tocado todos los temas sobre el estado actual de la industria europea, el futuro y cuál es la posición de Stellantis.
El momento Stellantis. El mayor grupo automovilístico por número de marcas no está atravesando su mejor momento. Aunque 2023 fue un gran año en lo económico pero 2024 no está siendo tan propicio. El primer trimestre del año estuvo marcado por los problemas de fiabilidad de sus motores PureTech, que ha obligado a la empresa a tomar medidas drásticas en materia de garantías para recuperar el favor del público.
Las últimas cifras económicas tampoco hablan bien de cómo está yendo el año, con caídas de un 48% en el beneficio neto durante el primer semestre de 2024, frente al mismo periodo de tiempo de 2023. A esto hay que sumar un problema de stock en Estados Unidos, donde los coches se les acumulan. Y los concesionarios han llegado a protestar porque entienden que reducir los precios para quitarse unidades degrada la imagen de marca.
En la cuerda floja. Los malos resultados y las malas sensaciones de este año han puesto en la cuerda floja a Carlos Tavares. Stellantis ya busca un sucesor para su CEO cuando éste termine su contrato en 2026. Explican en Bloomberg que las decisiones en Norteamérica pueden haber sentenciado su renovación al frente de grupo automovilístico.
Hay que tener en cuenta que, además, Stellantis también ha anunciado una reducción en la producción de coches esperada a final de año. Pese a ello, una de las figuras más controvertidas de la industria del automóvil no parece haber perdido la forma y ha puesto sobre la mesa multitud de temas en una entrevista con el medio francés Challenges.
¿Qué pasa con los aranceles? «Los aranceles son una gran trampa, una gran una estupidez. Se lo digo a nuestros líderes europeos y estadounidenses. Si os negáis a luchar, los precios medios suben. Todo esto eleva el coste de la movilidad eléctrica para las clases clases medias. ¡Lo reserváis para los ricos!», ha asegurado Tavares preguntado sobre los aranceles a los coches eléctricos chinos.
El CEO de Stellantis no es el único ejecutivo que se ha mostrado contrariado con la aplicación de los aranceles a los coches eléctricos chinos. Volkswagen, Mercedes y BMW han presionado para que Alemania mostrara su desacuerdo, temiendo represalias en el país asiático, pilar de las tres compañías germanas.
¿Y con Europa? Las barreras comerciales son, según Tavares, ineficaces porque impiden que se vendan vehículos eléctricos a un menor precio. En la entrevista recalca que los fabricantes necesitan abaratar sus productos y la única manera de hacerlo es tomando piezas de países donde es más barato producir.
«Necesitamos un diseño que rompa con lo que hemos estado haciendo hasta ahora, con piezas compradas en países de bajo coste. Es lo que hemos hecho con la nueva plataforma del Citroën ë-C3 desarrollada más eficientemente (parcialmente en India) y producida en un país de bajo coste, Eslovaquia», ha ejemplificado Tavares.
Porque, según el mandatario de Stellantis, allí es donde las empresas se centrarán en los próximos años: «el gobierno italiano quiere atraer fabricantes. Pero tendrá que poner mucho dinero. Porque producir un coche en Italia es mucho más caro que hacerlo en Europa del Este».
Abriendo las puertas a China. Lo que explica Tavares es que los aranceles impedirán que los coches eléctricos chinos se vendan en Europa a un menor coste pero también deja claro que no serán los países más ricos los que producirán esos vehículos.
Si las compañías asiáticas se ven obligadas a invertir en Europa, «fabricarán sus vehículos en Europa del Este, no en el no en Occidente». «Bruselas ha tomado la decisión de entregar las llaves del coche europeo a la industria asiática. No nos engañemos. Si las marcas chinas se hacen con el 10% del mercado en Europa, eso son 1,5 millones de vehículos. ¡Equivale a la producción de siete fábricas europeas!», recalca Tavares.
¿Despidos? Y entregar las llaves a China se traduce en que los europeos debemos aprender de su forma de actuar para ahorrar costes. Unos costes que, por supuesto, pasan por los laborales. Con las continuas amenazas de Stellantis de cerrar plantas en países como Italia, Tavares no niega que se produzcan más despidos.
Preguntado sobre esta posibilidad, la respuesta de Tavares ha sido la misma que sobre la posibilidad de vender algunas de las marcas menos rentables del grupo. «Los fabricantes chinos llaman a la puerta para comprar marcas francesas. Por principio, nunca descartamos nada (al contrario que hizo en verano). Nunca garantizo puestos de trabajo. Los sindicatos de Stellantis son inteligentes, entienden la situación. Luchamos por sobrevivir», sentencia Tavares.
Foto | Stellantis
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