Si bien en el mundo existen varios ferrocarriles colgantes, como el chino Xingguo o el Chiba Urban Monorail de Japón, ninguno es tan antiguo como el de Wuppertal, que se encuentra en la ciudad alemana del mismo nombre. Estamos frente a un medio de transporte inaugurado en 1901 que sigue en funcionamiento. Alrededor de 85.000 personas lo utilizan a diario para moverse entre sus 20 paradas, aunque también se ha convertido en una turística que permite a los visitantes explorar la ciudad desde las alturas.
El origen del proyecto se remonta a la década de 1980, cuando los distritos de Barmen y Elberfeld coincidieron en la necesidad de mejorar las opciones de movilidad que tenían sus residentes. Al principio se crearon dos comisiones separadas para materializar sus ideas, aunque estas acabaron fusionándose hacia el 1887. Recibieron una amplia variedad de proyectos, aunque uno denominado «System Langen» acabó imponiéndose. Casi una década más tarde se formalizó el contrato para desarrollar el ferrocarril colgante.
Un tren tan antiguo como impresionante
Las obras comenzaron en 1898 con la construcción del primer tramo. Este fue un paso muy importante porque permitió evaluar el desempeño de dos coches de prueba. La idea sobre el papel era fantástica, pero había que demostrar que esta alternativa nunca antes vista era lo suficientemente fiable. El proyecto superó esta importante etapa. Los vehículos, por su parte, eran prototipos que no habían sido diseñados para trasladar a personas, por lo que eran algo diferentes a los que producción que llegaron más tarde.
Con la ayuda de grúas y andamios, el ferrocarril fue tomando forma. A principios de la década de 1900 finalmente todo estaba listo para el inicio de las operaciones. Había 21 coches principales y cinco secundarios. El 1 de marzo de 1901 se abrió a los pasajeros. Se había programado un intervalo de 10 minutos, pero había tantas personas que querían subir al tren que las autoridades decidieron reducir el intervalo a cinco minutos. Como en otros proyectos ferroviarios, nuevos tramos fueron habilitados posteriormente.
El proyecto del ferrocarril colgante avanzaba a toda marcha, pero también se encontró con varios obstáculos por el camino. En 1917 un tren colisionó con otro que se encontraba detenido. Durante la Segunda Guerra Mundial, la sala de vagones de Oberbarmen fue bombardeada, lo que resultó en la destrucción de algunas unidades. Otras resultaron tan dañadas que fueron jubiladas. Varios soportes también fueron dañados durante los ataques aéreos, lo que perjudicó directamente las operaciones regulares.
Después de los trabajos de reparación, el servicio volvió a la normalidad en diciembre de 1944 para volver a ser suspendido en 1945. Con el conflicto bélico terminado, llegaron cambios al ferrocarril. Los operadores (había dos) se fusionaron en WSW AG – Wuppertaler Stadtwerke AG en 1948. Acto seguido se compraron nuevos vehículos que entraron en funcionamiento en 1950 para revitalizar el servicio. Pero el ferrocarril no estaría exento de nuevos percances, quizá completamente inesperados.
En julio de ese mismo año, una elefanta de tres años llamada Tuffi subió a uno de los vagones del tren para promocionar un circo itinerante que se encontraba visitando la ciudad. Por algún motivo el animal cayó desde 12 metros de altura sobre el río. The Guardian señala que el vehículo sufrió un daño cuando el animal se sentó. Mientras que Tuffi solo recibió un golpe menor posiblemente por un lecho fangoso, varios periodistas que estaban en el lugar resultados heridos. Curiosamente, no hay fotografías del episodio.
La evolución del ferrocarril colgante de Wuppertal continuó con el paso del tiempo. En la década de 1960 llegaron los trenes articulados y los sistemas de señales de Siemens, así como nuevas estaciones. La flota fue renovada varias veces desde ese entonces hasta la actualidad. De los vagones antiguos se conservan solo dos unidades (una de ellas podemos verla en la imagen destacada). En la década de 1990, además, el ferrocarril fue protegido bajo la denominación de “monumento” por su importancia histórica para la ciudad.
También ocurrió otro accidente importante. Una pieza metálica no fue retirada por un contratista durante unos trabajos realizados en 1999. La consecuencia de esto fue que un tren cayó al río. Cinco personas murieron y otras 47 resultados heridas. En la actualidad, el ferrocarril cuenta con modernas unidades y se mueve por un trayecto de 13,3 kilómetros, atravesando edificios y el río Wupper. Un viaje toma alrededor de 30 minutos. Muchas partes de su infraestructura también han sido renovadas. La actualización más reciente se produjo en septiembre de 2024.
Imágenes | Max Grobecker (CC BY-SA 2.0) | Matthias Böhm (CC BY-SA 4.0)
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