Salvando todas las distancias, podríamos simplificar el desarrollo de armas nucleares (y las potencias que tienen el botón) a modo de tablero de un juego de mesa al que nunca se ha jugado realmente, solo se ha probado. En este caso, las instrucciones son las estrategias y conceptos ideados entre todos los participantes, las mismas que los han llevado a una calma tensa que ha permitido que yo esté escribiendo y los lectores leyendo. Sin embargo, las cosas pueden cambiar muy rápido. Rusia acaba de modificar parte de sus “instrucciones”.
Anuncio a navegantes. Ocurrió hace unas horas con la comparecencia del presidente ruso. Putin ha cambiado el “orden de juego” señalando claramente a Ucrania y las “alianzas” que se están formando. Lo más importante: el presidente ruso dijo que su gobierno va a cambiar las reglas y condiciones previas en torno a las cuales Rusia usaría su arsenal nuclear.
Sí, Ucrania es un estado no nuclear, pero recibe apoyo de, entre otros, Estados Unidos. Eso se prevé como una línea roja en el kremlin, ya que Putin ha advertido que Rusia consideraría un ataque de un estado no nuclear que estuviera respaldado por uno con armas nucleares como un «ataque conjunto». En clave bélica hay pocas coincidencias, y los comentarios se producen mientras Kiev busca la aprobación para usar misiles occidentales de largo alcance contra sitios militares en Rusia.
La nueva doctrina. En la reunión con el Consejo de Seguridad de Rusia, Putin también dijo que en vista de la “aparición de nuevas fuentes de amenazas y riesgos militares para Rusia y nuestros aliados”, los especialistas del Ministerio de Defensa y otras agencias gubernamentales habían realizado una revisión en profundidad de un año de la doctrina nuclear del país.
“La versión actualizada del documento propone que la agresión contra Rusia por parte de cualquier estado no poseedor de armas nucleares, pero con la participación o el apoyo de un estado poseedor de armas nucleares, debe considerarse como un ataque conjunto contra la Federación Rusa”, subrayó Putin.
El botón rojo ruso. Lanzada la amenaza velada, quedaba por dilucidar el alcance de la misma. Si Rusia amenaza a cualquier nación “nuclear” por acercarse a un tercero en conflicto con ellos, quizás debería existir un plan más detallado en el tablero geopolítico. A este respecto, el presidente ruso dijo que las condiciones para el lanzamiento de las armas nucleares serían “información confiable sobre un lanzamiento masivo de medios de ataque aeroespacial y su cruce de nuestra frontera estatal”.
Además, agregó que se reservaban “el derecho de usar armas nucleares en caso de agresión contra Rusia y Bielorrusia”. Como decíamos, y es clave en la aparición de Putin, el anuncio se produce después de una serie de amenazas relacionadas con la energía nuclear por parte de funcionarios rusos ante las solicitudes de Ucrania a Estados Unidos y otros aliados para que levanten las restricciones a las armas.
Apoyo “interno”. Tras las palabras del presidente, Andrey Kartapolov, jefe del Comité de Defensa de la Duma Estatal, o cámara baja del parlamento, dijo que los cambios propuestos a la doctrina nuclear de Rusia “permitirán que se vuelva más flexible y efectiva. Los cambios se hicieron para garantizar que la doctrina corresponda a las realidades de hoy”.
También habló Sergey Markov, quien dijo que ahora se había reducido el umbral para el uso de armas nucleares y predijo que sería más fácil para Rusia desplegar tales armas. “En términos generales, esto significa que Rusia, bajo la nueva doctrina, ahora puede usar armas nucleares contra Ucrania”. Por su parte, Abbas Gallyamov, analista político ruso y ex redactor de discursos de Putin, calificó la declaración del presidente como “una verdadera vergüenza. Han vuelto a indicar que ya no esperan derrotar a Ucrania con armas convencionales”, escribió.
Respuesta internacional. Fuera de Rusia, han sido varias las voces que han salido a dar contexto. El experto nuclear Maxim Starchak comentaba en un análisis reciente para Carnegie Endowment que “con el chantaje nuclear, Moscú está tratando de recrear el orden mundial que prevaleció en la segunda mitad del siglo XX”. Por su parte, el jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, dijo que Rusia «ya no tiene nada más que el chantaje nuclear para intimidar al mundo».
El tablero nuclear tras las 2GM. Lo cierto es que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los Estados con armas nucleares han aplicado una política de disuasión, una que se basa en la idea de que, si los Estados en guerra lanzaran grandes ataques nucleares, ello conduciría a una destrucción mutua asegurada. Así todo, también existen armas nucleares tácticas, en este caso ojivas más pequeñas diseñadas para destruir objetivos sin una lluvia radiactiva generalizada.
A este respecto, Putin advirtió hace unos meses a los países europeos que apoyaban a Ucrania diciendo que Rusia tenía «muchas más armas nucleares tácticas que las que hay en el continente europeo, incluso si Estados Unidos trae las suyas. Europa no tiene un sistema de alerta temprana desarrollado. En este sentido, están más o menos indefensos».
Un escenario incierto. Así las cosas, mientras Occidente delibera sobre si aprobar el uso de sus misiles de largo alcance para ataques ucranianos en territorio ruso, Moscú ha movido ficha cambiando las(sus) reglas establecidas. La doctrina nuclear anterior, establecida en un decreto de 2020 de Putin, fijaba que Rusia podría usar armas nucleares en caso de un ataque nuclear por parte de un enemigo o un ataque convencional que amenace la existencia del estado.
Hoy ese umbral se ha reducido un poco más. No tiene por qué tener consecuencias, pero es un claro aviso a navegantes: Rusia está lista para empezar la partida.
Imagen | Presidential Executive Office of Russia, National Nuclear Security Administration
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