(Casi) todo el mundo conoce las airfryers pero poca gente sabe que Philips fue la marca pionera en usar eso de «freidora de aire» (aunque no fríe los alimentos). Pues bien, sus freidoras de aire se han hecho mayores y de qué manera. Primero porque este pequeño electrodoméstico lleva ya unos años de moda y por otro porque literalmente cada vez es más común encontrar estas versiones XXL con más potencial para sustituir al horno, en tanto en cuanto tienen más capacidad y son más potentes.
Precisamente pasa por nuestra mesa de pruebas de la cocina la Philips Airfryer Dual Basket Serie 3000, una versión que como su nombre indica tiene dos cestas, literalmente (no como otras versiones como esta Cosori Dual que hace trampa). La hemos probado a fondo y esta ha sido nuestra experiencia.
Ficha técnica de la Philips Dual Basket Serie 3000
Philips Dual Basket Serie 3000 | |
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Dimensiones y peso | 382,5 x 443,9 x 314,2 mm, 7,85 kg |
Potencia | 2.750 W |
Cestillo | 6 + 3 L |
Rango de temperaturas | 40 – 200 °C |
Tiempo | horas |
Manejo | Panel táctil (8 programas) |
Conectividad | No |
Accesorios | Pinzas y rejillas |
Precio |
Philips Airfryer con Dual Basket Serie 3000, 9L, Freidora de aire con 2 cestas, Kit De Desayuno, Tecnología Rapid Air, Freidora grande y versátil para familias
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Diseño: que viva la versatilidad
Como puedes deducir de la imagen de portada, esta no es una freidora pequeña. Así que si tienes una cocina de reducidas dimensiones, mejor pensárselo dos veces. ¿Y si solo somos dos en casa? Pues no la descartes porque lo de que tenga dos cestas es una gran ventaja como iremos viendo.
Así, si quieres hacerte algo para ti como un par de muslos de pollo, usas la cesta pequeña. Si quieres preparar una pizza (el truqui es partirla en cuartos y ya ponerla con un poco de maña para que entren varias porciones) o una buena bandeja de patatas, usas la bandeja grande. Versatilidad al poder.
Dicho esto, hemos probado otros modelos que en lugar de usar dos cestas independientes optan por un separador y tienen una ventaja que esta no: al retirar el separador, tienes una freidora XXL. Aquí como mucho puedes usar las dos cestas a la vez para ganar en capacidad, pero no te va a caber una pata de gorrín o de cordero o una lubina grande. Pero spoiler: la independencia tiene sus ventajas.
El aspecto de la freidora es bastante top tanto por diseño como por materiales. El plástico de la carcasa exterior soporta bien la diferencia de temperaturas, de modo que puedes moverla sin miedo a quemaduras. Las asas están diseñadas para que puedan agarrarse bien para tirar de ellas y extraer las cestas.
El interior está recubierto de un material antiadherente similar al teflón y viene con dos rejillas de metal para colocar y facilitar el paso del aire y que la grasa caiga durante el cocinado. Algo que me llamó la atención cuando lo vi por primera vez fue ese diseño como de aspa del fondo y que las cestas tuvieran los topes altos, posibilitando que haya bastante espacio entre el fondo y la rejilla. Quédate con el detalle porque ya te adelanto que tiene su explicación: pasa más aire y eso es algo que se nota a la hora de cocinar.
La freidora forma de prisma rectangular con bordes redondeados y salvo un par de detalles es completamente lisa, lo que facilita enormemente el poderla limpiar. Y creéme, vas a tener que limpiarla a menudo si quieres que quede tan bonita como cuando la sacas de la caja. El motivo es que tiene una carcasa negra mate en prácticamente todas las caras menos en la superior (donde están los controles) que, si bien resulta atractivo a la vista, se marcan las huellas que da gusto.
De hecho, mi gran aliado en esta aventura ha sido un paño de cocina. La cara superior es brillante y también se marcan las huellas, más teniendo en cuenta que se controla de forma táctil. Allí hay un par de pantallas para indicar tiempos y temperaturas. La nota de color la ponen las dos asas, de un sobrio y elegante dorado.
El cable tiene una longitud de 80 centímetros, lo que nos aboca a tener un enchufe cerca de la freidora o, en su defecto, una alargadera. No obstante, siempre te queda reservarle un sitio generoso para guardarla y sacarla cuando la vayas a usar, pero te advierto que vacía pesa casi 8 kg. Un detalle importante: viene con un soporte de cable para enrollarlo que también sirve para espaciador, porque lo suyo es dejar holgura entre la pared y el electrodoméstico, permitiendo que salga el calor por las rejillas de atrás.
Control: tiene app, pero no conectividad
Quiero empezar este apartado con una puntualización: en la ficha de producto de la web de Philips aparece el mensaje ‘Recetas sabrosas y saludables adaptadas a tu Philips Airfryer en nuestra app HomeID‘ que puede llevar a error. Esta freidora de aire no tiene conectividad, sino que la aplicación es única y exclusivamente de consulta. Así, una vez eliges cuál es tu dispositivo tienes acceso a un recetario, el manual, trucos y una sección de ayuda y contacto. Pero no, no puedes controlarla con el móvil.
El control de la Philips airfryer Dual Basket Serie 3000 recae sobre ese panel táctil de la zona superior, que casi está duplicado a cada lado, de modo que puedes controlar cada cajón de forma independiente con su propio panel. Tiene los botones habituales para subir y bajar temperaturas y tiempos, el play/pause y ocho programas predefinidos diferentes donde no faltan clásicos como las patatas o el pollo (patatas fritas frescas y congeladas, pollo, carne, verduras, pescado, tartas y recalentar).
Dejando esto al margen, hablemos de los botones particulares. Hay uno que sincroniza los tiempos para que ambos cestillos terminen a la vez. Dispone de otro con la función de copiar para poner los mismos tiempos y temperaturas. También encontramos un botón que al tocarlo, se configura un aviso para recordarnos que hay que agitar de vez en cuando (pero tienes que hacerlo tú, ya que no tiene partes móviles para remover). Finalmente, dispone del clásico botón de retroceso que tan bien conocemos en la tecnología.
Una vez tienes claras las particularidades anteriores, manejarla no tiene mucho misterio, por lo que es apta para todos los públicos, incluso los poco tecnológicos. Si solo quieres cocinar con uno, por ejemplo en el primer cestillo, tocas sobre el botón «1» y configuras tiempos, temperaturas o eliges el programa. Si quieres cocinar con los dos a la vez, puedes configurarlos o bien por separado o tirar de esas opciones de copiar y sincronizar.
En cualquier caso, se trata de un control bastante intuitivo, con iconos bastante claros y que responde bien al tacto. Eso sí, conviene tener a mano ese pañito porque con las manos mojadas la sensibilidad es peor y la superficie se ensucia.
Cocinar: la experiencia se nota en pequeños detalles
Hablábamos en el apartado de diseño de sus cestillos independientes, pero es que cada una también tiene sus propias resistencias. Así, metes la comida en uno, programas ese y solo funcionan las resistencias de ese lado. O sea que aunque sea una freidora potente, el dato de potencia general se refiere al funcionamiento por completo, no parcial. En pocas palabras: es como tener dos freidoras de aire pegadas.
La gran ventaja es poder usar la que necesitas sin despilfarrar energía. Pero tiene una cara B: que sean independientes implica un peor aprovechamiento de esos nueve litros. Lo explico mejor con un ejemplo: traje berenjenas del huerto y me hubiera gustado hacer seis mitades rellenas. Con esta separación hice tres mitades en un cestillo y otra mitad en el otro. Si los cestillos no fueran independientes y tuvieran un separador, me habrían cabido más. ¿Qué es mejor? Depende de si te gustaría usar el espacio total para una sola preparación (por ejemplo, si no tienes horno) o si prevalece más hacer raciones más pequeñas o preparar dos comidas a la vez.
En cuanto a pillarle el punto, si como yo ya tienes una freidora, basta con mirar los programas predefinidos para hacerte a la idea e ir viendo qué tal (en comparación con mi freidora habitual), lo mismo que si eres principiante. En ese escenario, le haces caso a los programas y ya luego vas jugando con tiempos y temperaturas en función de cantidades y gustos. O sino, toma como referencia el horno y quítale unos minutos y unos grados, porque el calor es más directo.
Una vez explicado esto y teniendo claro el control, toca hablar de cocinado y aquí hay buenas noticias: quizás no tenga una horquilla de potencia tan alta como otras, pero no la necesita. Operando desde los 40 grados hasta los 200 le basta y le sobra para que alimentos delicados como carnes y pescados queden jugosos por dentro y doraditos por fuera en tiempos habituales o incluso menores. He usado otras freidoras (más sencillas y baratas) que llegan a 220 e incluso 240 grados y más allá de quemar algunas zonas y dejar otras blancas, no tiene una incidencia clara en el tiempo empleado.
En pocas palabras: no hace falta alcanzar cuanta más temperatura, mejor, sino que el calor llegue bien a todas partes. La clave está en que tiene una distribución de calor bastante uniforme y eso se nota a simple vista. Es decir, que no te vas a encontrar partes del alimento quemadas y sin hacer. El truco está en esa holgura conseguida tanto en la base como en los laterales gracias a esa forma de aspa y los soportes, que dejan los cestillo como levitando, lo que posibilita que el aire caliente en movimiento (cocina por convección) circule más y mejor. Es lo que Philips llama ‘tecnología RapidAir Plus’.
En estas semanas de prueba la hemos usado prácticamente a diario. Aparte de para clásicos como las patatas o las alitas, también para recalentar esa pizza que sobró del día anterior o para descongelar en tiempo récord el pan y dejarlo crujientito. Hacer la pizza en airfryer es algo que te cambia la vida: mientras que en el horno tienes que ponerle 10 minutos de precalentamiento y esperar otros tantos para que se haga, aquí metiéndola partida en porciones en menos de 10 minutos la tienes lista.
Algo que he descubierto con esta freidora es que sí, viene muy bien tener un cestillo pequeño y lo demuestro con algunos ejemplos cotidianos: esa guarnición que quieres poner de forma testimonial (un puñadito de cherries), un trozo de pan que quieres descongelar, esas castañas que quedan de cine o, como véis bajo estas líneas, unos trozos de calabaza que asé para un rissoto.
Quiero terminar con un detalle que me ha llamado la atención: pese a ser una de las aifryers más grandes que he probado (y que hay en el mercado) y también de las más potentes, es bastante silenciosa. Los motores encargados de mover el aire tanto por dentro de las cestas como al exterior suenan sorprendentemente poco para sus watios y su pericia cocinando.
Mantenimiento: bendito lavavajillas
El paño protagonista del apartado de diseño vuelve a hacer su aparición: siempre a mano tanto para limpiarme las manos como para limpiar la superficie de huellas y grasa. El fabricante recomienda que sea suave y liso y si está muy sucia la freidora, puede humecederse un poco. En el caso de las resistencias nunca me ha tocado limpiarlas, pero se haría con un cepillo.
Cuando leí que la Philips airfryer Dual Basket Serie 3000 era apta para el lavavajillas, me alegré bastante porque limpiar la grasa de alimentos como el pollo o el salmón del cestillo o de los agujeros del cubilete no es lo más agradable del mundo y ese aspa es la candidata perfecta para que se peguen restos. Pero la noticia es mejor: pueden meterse tanto el recipiente como la cesta.
Y si no tienes, pues como si fuera una sartén: agua, jabón, una esponja suave y paciencia. Lo bueno es que al ser dos cestas independientes, ya sea a mano o a máquina, no ocupan demasiado y no resulta engorroso por volumen.
No obstante y si está muy sucia, siempre se puede dejar en remojo con algo de lavavajillas líquido y agua caliente con la freidora desenchufada y la cesta fuera, nada de ponerla en marcha (algún que otro vídeo ya he visto sugiriendo esta nada recomendable idea que puede deteriorar el aparato y además generar vapores poco saludables).
Philips Dual Basket Serie 3000, la opinión de Xataka
Si ya has tenido una aifryer y se te ha quedado pequeña, la Dual Basket Serie 3000 es una candidata perfecta para amantes de la cocina que tengan espacio suficiente. Lo del espacio no tiene mucha explicación: pese a aprovechar bien sus dimensiones, es grande y no cabe en cualquier lado.
La primera parte se resume en lo bien que cocina y la versatilidad que ofrece. No, por culpa de sus dos cestas separadas no te va a caber cosas grandes y alargadas tipo lubina, pero si tienes un horno o no sueles cocinar eso, no es problema. Porque tener dos airfryers en una tiene muchas ventajas: hacer dos platos a la vez, cocinar guarniciones o platos principales o simple y llanamente necesitar más capacidad. Eso por no hablar de poder usar una u otra gastando la energía necesaria y no despilfarrar.
Freidoras hay muchas y aunque siempre recomiendo echar un vistazo a la ficha técnica en busca de un modelo potente que ronde los 1.500 W, no todo son cifras: la realidad es que con 200 grados es suficiente para cocinar bien un alimento al punto (jugoso por dentro y ligeramente dorado por fuera) y que más no siempre es mejor (de hecho, puede ser peligroso). Poco se habla de la importancia de una buena distribución del aire caliente y aquí esta airfryer es sobresaliente. La experiencia es un grado.
Philips Airfryer con Dual Basket Serie 3000, 9L, Freidora de aire con 2 cestas, Kit De Desayuno, Tecnología Rapid Air, Freidora grande y versátil para familias
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Portada | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Philips. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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