No hace tanto que Porsche estaba encantada con el coche eléctrico. Desde un primer momento, eléctrico y Porsche parecían palabras antagonistas. Pero también lo parecían en su día las siglas SUV y salvaron la marca de la quiebra.
Pero aunque muchos se rasgaron las vestiduras, Porsche cumplió y presentó el Taycan. El coche eléctrico se convirtió, al instante, en una referencia para el mercado. Un vehículo camaleónico del que Héctor Ares escribía en Xataka que «la capacidad del Porsche Taycan para avanzar es alucinante. Da igual a la velocidad a la que circules, que si le pides potencia al coche, estará siempre listo para dártela» y, al mismo tiempo, «es seguramente la berlina más cómoda para viajar de cuantas haya probado jamás».
Las dudas, las cejas arqueadas y los ceños fruncidos quedaron rápidamente eclipsados por un coche eléctrico que parecía venido directamente del futuro. Hay que recordar que Porsche lanzó el Taycan en 2019. Un lustro después sigue siendo uno de los modelos de referencia pese a que un año en el avanzar de la tecnología del coche eléctrico parecen varios años más en el mundo real.
Tan buena acogida tuvo el modelo que Porsche no dudó en recalcular su estrategia. En 2021, sus ventas consiguieron eclipsar al icónico 911, mucho menos práctico que el Taycan. Y ello ayudó a la compañía a lanzarse a la piscina con unos objetivos que nos dejaron asombrados:
- Para 2025, el 50% de las ventas serían eléctricas.
- Para 2030, el 80% de las ventas serían eléctricas.
Ahora, Porsche está decidida a dar un paso atrás.
Un globo que se dehincha
Con el paso del tiempo, Porsche ha ido aumentando sus ventas. Salvo 2020, cuando las ventas se resistieron ligeramente, la compañía ha crecido año a año y sus ventas desde 2013 se han suplicado. Aquel año, los germanos pusieron en el mercado algo más de 161.000 unidades. En 2023 se superaron las 320.000 entregas.
Cifras de ventas que se han alimentado de modelos como el Porsche Macan, que vino para impulsar el modelo de negocio hasta el punto de rivalizar con el Porsche Cayenne por ser el coche más vendido de toda la oferta. Pero también con el Taycan que abría la puerta a un nuevo tipo de cliente y ofrecía una berlina de lujo para quienes ya disfrutaban de un Porsche en casa más deportivo.
Esas ventas de eléctricos construían una hoja de ruta valiente. El Porsche Macan ha dicho adiós a su motor de combustión y sólo se vende como eléctrico. El vehículo ha compartido desarrollo (y dolores de cabeza) con el Audi Q6 e-tron. Y el Porsche 718, su propuesta con motor central, también pasaría al formato «sólo eléctrico».
Con el tiempo, sin embargo, las ventas del Porsche Taycan han ido cayendo (cosa lógica después de un lustro en el mercado y con una profunda renovación con muy poco tiempo en el mercado) pero la tendencia no es buena. Incluso en China, donde los eléctricos empiezan a ser religión, la compañía está detectando importantes caídas.
En los tres primeros trimestres de 2024, datos más actuales, la caída de ventas en China es llamativa. La marca ha vendido en este periodo 43.280 unidades, por las 60.748 unidades del mismo periodo del año pasado. Es una caída de casi el 30%. El Porsche Taycan, que el año pasado colocó 27.885 unidades en el Q3 de 2023, este año sólo ha puesto a la venta 14.042, aunque se encuentra en mitad de la renovación mencionada.
La caída de ventas en China es especialmente preocupante para la compañía porque certifica los problemas que tienen los fabricantes germanos para crecer en un país que antaño era garantía de éxito. La tendencia se explica bien en este artículo artículo de Bloomberg. En el cuentan la historia de Ryan Xu y su marido, quienes tenían en casa un Porsche 911 y un Mercedes Clase G.
Animados por la promesa de un primer eléctrico de Porsche, dieron el salto al Taycan. Decisión que calificaban de «terrible». «Sólo era un Porsche electrificado. Eso es todo». Las diferencias culturales han creado la sensación de que «los coches alemanes no la pueden igualar (sobre la experiencia de conducir un coche chino). Es difícil verlos como coches de lujo ahora (sobre Mercedes, BMW o Audi)», señalaba Xu para el medio económico.
A lo anterior hay que añadir el reto que es para Porsche convertir su coche más accesible (y uno de sus modelos más vendidos) en un eléctrico puro. Justo ahora que Donald Trump amenaza con poner más aranceles a los coches europeos (todos los Porsche llegan a Estados Unidos desde Europa) y que las ventas de coches eléctricos están en retroceso.
Todo ello ha terminado por sentar a los responsables de la compañía frente a sus planes. Recogen en Motor1.com que la compañía está evaluando la posibilidad de lanzar mecánicas híbridas o de combustión pura en modelos que deberían transicionar al «sólo eléctrico» en los próximos años.
«Estamos considerando la posibilidad de que los vehículos totalmente eléctricos originalmente planeados tengan una transmisión híbrida o un motor de combustión. Estamos en medio de la toma de decisiones conceptuales. Lo que está claro es que nos quedaremos con el motor de combustión por mucho más tiempo», han sido las palabras de Lutz Meschke, director financiero de la compañía, recogidas por el medio.
La compañía siempre se ha mostrado a favor de dejar una puerta abierta al motor de combustión y, además, presionó muy fuerte para que la Unión Europea permita el uso de combustibles sintéticos en los que ellos mismos están trabajando. Sin embargo, parecía que la transición al coche eléctrico dentro de la compañía iba a dejar muy pocos modelos por salvarse.
Con el coche eléctrico frenando sus ventas, el cliente chino castigando duramente a los modelos germanos y la posibilidad de tener que elevar su precio en Estados Unidos, el cielo de Porsche se ha llenado de nubarrones. Y puede que el motor térmico sea el sol que más caliente.
Foto | Porsche
En Xataka | Porsche tiene muy claro dónde está su supervivencia: el combustible sintético y los clásicos
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