Hace no tanto tiempo, China era el motor demográfico del mundo. Ahora, ese motor se ha gripado y el gigante asiático se está enfrentando a una crisis de natalidad. Es tal la magnitud de la misma que, tras más de 30 años y 160.000 niños dados en adopción, China cortó el sistema de adopciones extranjeras. Necesitan niños, pero las parejas no están por la labor, algo que está ocurriendo en muchos otros países, ya con casos dramáticos como el de Corea del Sur.
Lo que sí tienen las parejas son mascotas. Tantas que se espera que pronto el número de mascotas doble al de niños menores de cuatro años.
China busca mujeres. Suena a fantasía distópica, pero la situación es tan desesperada que China está llamando puerta por puerta buscando mujeres en edad fértil. Literalmente. Hay mujeres que han contado experiencias en las que funcionarios del gobierno las animaron a tener un bebé justo el día en que estaban registrando su matrimonio. Les regalaron vitaminas prenatales y realizaron un seguimiento telefónico para ver si las habían tomado.
También hay testimonios de mujeres que fueron cuestionadas por funcionarios en sus propias casas sobre la intención de tener hijos. Es algo que se está promoviendo con esta forma de acoso, pero también con campañas como cursos en universidades sobre el matrimonio y la crianza. Es algo que, evidentemente, no está gustando a las mujeres, que se quejan por estas prácticas totalmente fuera de lugar.
Matrimonios en picado. Pero no es solo que los nacimientos estén por los suelos, sino que las parejas deciden no casarse. En 1980 comenzaron los registros de matrimonios en el país y, si en 2013 se produjo un pico con más de 13 millones de uniones, en 2024 la previsión es que caerán por debajo del mínimo histórico marcado en 2022: 6,83 millones de matrimonios.
En los tres primeros meses de este año, 4,74 millones de parejas decidieron casarse, muy por debajo de los 5,69 millones de matrimonios registrados en el mismo periodo de 2023. De hecho, el año pasado fue esperanzador, pero ahora todo apunta a que solo fue un oasis producido por el retraso de los matrimonios debido a la crisis del COVID-19. Lo cierto es que, desde 2013, la gráfica de los registros anuales de matrimonio ha caído en picado.
Venga, a tener hijos. Eso está provocando que la población lleve dos años menguando, y esa tendencia ha hecho que el Gobierno se replanteara en 2015 la política del hijo único. De hecho, no solo permitieron tener dos hijos, sino que, en 2021, la Administración de Xi Jinping anunció que permitiría que cada pareja pudiese tener hasta tres niños.
El problema es que las parejas no estaban, ni están, por la labor. Y sí, los funcionarios ya están viendo un vínculo entre los matrimonios y los nacimientos debido a que las normas sociales y la regulación gubernamental provocan que sea complicado que parejas que no estén casadas tengan un hijo. De ahí el interés tanto en que se casen como en que empiecen a procrear.
Mascotas al alza. Lo que sí quieren las parejas son mascotas. En 2017, había 90 millones de menores de cuatro años y una población de 40 millones de mascotas urbanas. Sin embargo, se ha dado la vuelta a la tortilla y un informe de Goldman Sachs estima que, a finales de la década, habrá 70 millones de mascotas domésticas, mientras que los niños menores de cuatro años se situarán en los 40 millones.
De hecho, esas previsiones auguran que el número de gatos aumentará y superará al de perros, ya que es necesario menos espacio para su crianza y requieren menos atenciones activas por parte de los humanos.
Negocio. Seguramente, estas cifras no gustarán al Gobierno, pero sí a la industria de las mascotas. En el mismo informe podemos ver la estimación del enorme negocio alrededor de esta tendencia: 83.200 millones de dólares en 2023. Esto incluye servicios, alimentación, atención veterinaria y juguetes, pero se asegura que de cara a 2025 crecería aún más, hasta superar los 113.000 millones de dólares.
Reconversión. Y, claro, no es extraño que haya negocios que estén dejando a los niños a un lado para centrarse en los nuevos protagonistas. Un ejemplo son las guarderías-café para perros, pero es un problema que atañe a otros países con una natalidad por los suelos. Sin ir más lejos, mirando a Japón tenemos empresas de pañales que se han pasado a los pañales para adultos, ya que es un mercado más lucrativo teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. Y los surcoreanos siguen comprando carritos de bebé, pero para los perros.
Aunque esto pueda resultar curioso, es un problema enorme que ya está afectando a la industria y que tendrá implicaciones en, por ejemplo, los sistemas de pensiones del futuro. Veremos qué ocurre, pero está claro que las políticas chinas no están animando a las parejas y mujeres a que tengan críos.
Imágenes | Angela N. (Flickr), Alec @ Taiwan (Flickr)
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