La vieja aspiración de Julio Verne en ‘Viaje al centro de la Tierra’ sigue fuera de nuestro alcance, pero las exploraciones bajo el lecho marino son cada vez más profundas. Solo hay que ver el barco que China acaba de poner en servicio.
Meng Xiang. «Sueño» en chino. Un colosal buque de perforación oceánica diseñado y construido íntegramente en el país asiático para perforar el lecho de los océanos descendiendo hasta una distancia récord de 11.000 metros.
El objetivo: penetrar la corteza terrestre y alcanzar el manto, una frontera geológica que hasta ahora solo se ha podido estudiar de forma indirecta, creando nueva ciencia al tiempo que explora nuevas fuentes de energía.
Un señor barco. Con 179,8 metros de eslora y 42.600 toneladas de desplazamiento, el Meng Xiang es el nuevo buque de investigación científica más grande de China, lo que consolida la posición del país como una superpotencia marítima.
Aunque se centrará en el mar de China Meridional hasta 2035, el Meng Xiang podría operar en cualquier océano del mundo, soportando supertifones y las condiciones marítimas más extremas.
Lo que lo hace único. La verdadera joya de la corona es su sistema de perforación: la primera torre de perforación hidráulica del mundo capaz de levantar hasta 907 toneladas con un doble propósito: realizar perforaciones de exploración de petróleo y gas, y al mismo tiempo, tomar muestras de núcleos geológicos para la investigación científica.
Su capacidad para perforar 11 kilómetros le permitirá, por primera vez, obtener muestras directas de esta zona de transición. El objetivo recuerda al histórico «Proyecto Mohole» de Estados Unidos en los años 60, que aunque sentó las bases de la perforación oceánica, nunca logró su objetivo final. El nuevo buque chino tiene la tecnología para conseguirlo.
La frontera inexplorada. Desde que el sismólogo croata Andrija Mohorovičić la descubrió en 1909, la «discontinuidad de Moho» ha sido una de las fronteras más codiciadas por la geología. Es el límite donde la corteza terrestre, más ligera, da paso a las rocas mucho más densas del manto.
Hasta ahora, nuestro conocimiento sobre esta capa crucial proviene de datos sísmicos y del análisis de minerales expulsados por volcanes. China pretende matar dos pájaros de un tiro con una misión científica sin precedentes que, a su vez, ampliará su capacidad extractiva.
¿Qué puede encontrar ahí abajo? Además de petróleo, hidratos de gas: una vasta fuente de energía potencial atrapada en el lecho marino a grandes profundidades y bajas temperaturas. Dominar su extracción podría redefinir el mapa energético global, en el que China quiere estar a la cabeza.
Imagen | Xinhua
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