La nueva Playstation 5 Pro lleva ya algo más de un mes entre nosotros y llega el momento de valorar, de forma más reposada, qué tal es la experiencia con ella. Es una consola que llega envuelta en polémica por varios motivos, pero principalmente por dos: su precio (800 euros) y que solo admite juegos digitales, salvo que compremos el lector de discos por separado, lo que entonces aumenta su precio hasta los 920 euros.
La propuesta de Sony es sencilla: más potencia, mejor ray-tracing y reescalado por inteligencia artificial. Básicamente, la consola nos permite jugar a ciertos juegos optimizados con la calidad del modo calidad de PlayStation 5, pero a 60 cuadros por segundo. No obstante, siempre es posible jugar en la calidad gráfica más alta posible, pero a 30 FPS.
Durante estos días hemos descubierto, como confirmamos en el análisis, que la ganancia real, donde la nueva consola japonesa saca pecho, es en la tasa de fotogramas por segundo. La diferencia de nitidez entre los nuevos modos rendimiento Pro y calidad Pro es apreciable, pero en detalles muy concretos y ciertos reflejos que pueden pasar desapercibidos durante las partidas, pero la fluidez sí marca la diferencia.
En el vídeo sobre estas líneas tienes un análisis más detallado, así como gameplay en diferentes calidades para que puedas juzgar las diferencias por ti mismo. Que la consola merezca o no la pena es algo que dependerá del bolsillo y las prioridades de cada uno, pero la realidad es que su elevado ticket es una barrera de entrada bastante importante que no siempre justifica las mejoras en términos de potencia.
No hay reseñas todavía. Sé el primero en escribir una.