Con 7.500 satélites lanzados hasta el momento, Starlink no solo ha transformado las comunicaciones y el acceso a Internet por satélite: está generando grandes tensiones geopolíticas.
La megaconstelación de satélites en órbita baja ha demostrado ser un negocio rentable para SpaceX, que comercializa Internet de banda ancha en más de 100 países. Pero también una ventaja estratégica para Estados Unidos que otras potencias no pueden obviar, como ha dejado en evidencia la guerra de Ucrania o el despliegue de Starshield, la versión gubernamental de Starlink.
China y la Unión Europea ya han movido ficha para reforzar su autonomía en comunicaciones por satélite. China acaba de lanzar los primeros 10 satélites de su constelación estatal Guowang, y Europa acaba de cerrar un acuerdo de más de 10.000 millones de euros para desplegar Iris² en los próximos 12 años.
China ha lanzado Guowang, su propio Starlink
China lanzó el lunes los primeros 10 satélites de la constelación estatal Guowang, que en mandarín significa «red nacional», y cuyo nombre occidentalizado es SatNet.
Guowang lleva en desarrollo desde 2020 con el apoyo directo del gobierno de Xi Jinping. Por eso mismo, los primeros satélites no han sido lanzados en uno de los múltiples cohetes comerciales del sector privado chino, sino con un cohete CZ-5B de la Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT), que cuesta 70 millones de dólares por lanzamiento.
Aunque el CZ-5B es famoso por su reentrada sin control, en esta ocasión despegó con una etapa superior YZ-2, que fue la encargada de llevar los satélites a órbita, por lo que no hubo que preocuparse de dónde caería el cohete chino de 21 toneladas.
China planea lanzar cerca de 13.000 satélites Guowang en órbita baja: 6.000 más pequeños de 225 kg a unos 500 km de altitud (comparable a Starlink) y 7.000 más grandes de unos 600 kg a 1.145 km de altitud (donde durarán más años).
Los satélites serán fabricados por distintas empresas estatales y privadas, empezando por la Asociación de Ciencia y Tecnología de China (CAST). Los de la órbita más baja tendrán una capacidad de transmisión de 48 Gbps.
Además de este «Starlink estatal», en China hay otra megaconstelación en ciernes aún más ambiciosa y que cuenta con el apoyo del gobierno de Shanghái. De hecho, la empresa SSST (Shanghai Spacecom Satellite Technology) ya ha lanzado 54 satélites de su red G60/Qianfen, que espera contar con 15.000 satélites una vez finalizada.
Mientras tanto, Europa da luz verde a Iris²
La Unión Europea ha comprometido 10.600 millones de euros en la construcción de Iris². Se trata de la constelación de satélites más ambiciosa de Europa desde Galileo (el GPS europeo) y Copernicus (la red de satélites de observación de la Tierra más grande del mundo).
Pensada para eliminar la desventaja estratégica de Europa respecto a Starlink, Iris² no será inicialmente un servicio comercial. Su objetivo es ofrecer comunicaciones soberanas y seguras a los Estados miembros de la UE mientras se impulsa la competitividad de la industria espacial europea.
Otra diferencia clave es el número de lanzamientos y las órbitas en las que operará Iris². La constelación europea (modesta, en comparación con sus homólogas chinas y estadounidenses) combinará más de 290 satélites en órbita baja (LEO), órbita media (MEO) y órbita geoestacionaria (GEO) para conseguir una cobertura completa con menos satélites, sacrificando la menor latencia que consiguen las megaconstelaciones en órbita baja.
Un 61 % de los fondos de Iris² son públicos. El resto proviene de un consorcio de empresas liderado por la francesa Eutelsat, la española Hispasat y la luxemburguesa SES. El consorcio «SpaceRise» tiene una concesión de 12 años para diseñar, construir y operar la constelación de satélites.
OneWeb y Kuiper de Amazon toman forma
Eutelsat es el mayor inversor privado de Iris² con un compromiso de 2.000 millones de euros. El operador francés espera integrar las tecnologías financiadas con fondos públicos en sus satélites OneWeb, un competidor de Starlink que ofrece Internet de baja latencia desde la órbita baja como servicio comercial para aviones, barcos, camiones, militares y operadoras de telefonía.
OneWeb, que está participada por el gobierno británico además del francés desde que fue comprada por Eutelsat, ha lanzado más de 630 satélites con cohetes Soyuz de Rusia, LVM3 de la India y Falcon 9 de SpaceX. Sus satélites se encuentran a 1.200 km de altitud y son el principal competidor comercial de Starlink.
A estas hay que sumar la constelación Kuiper de Amazon, que tiene permiso para lanzar 3.200 satélites y posiblemente acelere la cadencia de lanzamientos una vez entre en operación el cohete New Glenn de Blue Origin. Starlink, por su parte, tiene permiso para lanzar hasta 30.000 satélites y espera ofrecer conexiones de 1 Gbps en todo el mundo cuando empiece a lanzarlos con Starship.
Imagen | SpaceX
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